CAPÍTULO XXII

4.2K 395 5
                                    

-Mi abuelo y mi nana me cuidaron...es por esto que he evitado estar cerca de ti, tengo miedo de ser como mi padre y lastimarte a ti y a nuestro hijo, no quiero lastimarlos, tengo miedo de ser como mi padre y que te vaya a hacer lo que el le hizo a mi madre.

-Shhh, no lo harás.

-¿Por qué estás tan segura?

-Porque lo sé, tú no eres tu padre y no lo serás, pero no te alejes de nosotros, no es justo para nosotros y mucho menos para ti.

-No quiero que estés conmigo por lástima.

Tomé su rostro con mis manos y la hice que me mirara a los ojos.

-Yo no estaré contigo por lástima, yo estaré contigo porque te amo y eres la única mujer a la que voy a amar, a mí no me da miedo tu pasado, pero tienes que soltarlo, no puedes atormentarte con el, porque si no lo sueltas jamás podrás ser feliz y yo te voy a ayudar a que lo hagas, porque siempre voy a estar para ti y por más que me corras y me digas cosas voy a volver porque no te vamos a dejar sola.

-Gracias por nunca rendirte.

-Nunca lo voy a hacer.

Limpié sus lágrimas y le dí un beso en la nariz, se acercó a mi y me abrazo, lloró todo lo que quiso, era la primera vez que se había abierto conmigo, ahora la entiendo, nunca creí que su pasado hubiera sido tan duro, yo perdí a mis padres, su muerte fue en un accidente de auto pero ella, vió a su padre matar a su madre frente a sus propios ojos, no puedo dejarla sola, no la dejaré, después de un tiempo logró tranquilizarse.

-Volvamos, Margaret va a estar preocupada

-Sí.

Nos levantamos del sillón, comenzamos a caminar, me acerqué a ella y la abracé, así caminamos hasta la salida, íbamos a subirnos al auto pero la detuve.

-Yo conduzco. - dije.

-¿Sabes conducir?

-Claro.

-Está bien, toma las llaves. - dijo mientras me daba las llaves.

Tomé las llaves, entramos al auto, lo encendí y comencé a conducir de vuelta la casa, Rebecca se quedó dormida en el camino, ahora que conozco su historia la amo más de lo que ya la amaba, dormida se ve como un ángel, cuando llegamos estacioné el auto, me bajé, salí del auto y fui al lado de Rebecca, me acerqué y comencé a darle besos por toda la cara, ella sonrió y abrió los ojos.

-Llegamos. - le dije.

-Conduces muy despacio.

-No puedo conducir rápido, hay un bebé a bordo.

-Entremos.

-Sí, porque tengo mucha hambre.

Rebecca se rió, bajó del auto y cerró la puerta, le entregué las llaves, íbamos caminando, se acercó a mi y me abrazó.

-Espera. - dijo.

-¿Qué pasa?

-Me falta hacer algo.

-¿Qué?

-Esto.

Tomó mi rostro, me besó, continué con el beso, me gustan sus besos pero más cuando lo hace por ella misma, tengo miedo pero la amo y no me rendiré tan fácil, después de unos minutos interrumpió el beso, me dió un beso en la frente y entramos a la casa, al entrar Margaret nos vió y sonrió.

-Lo sabía. - dijo.

-¿Qué sabías nana?

-Que esto pasaría.

PREDESTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora