CAPÍTULO XVIII

3.9K 395 5
                                    

Seguí leyendo, tenía ganas de ir al baño, me levanté con mucho cuidado, para no lastimarme y para no despertar a Rebecca, entré al baño, cuando terminé, me lavé las manos, cuando abrí la puerta para salir ví a Rebecca sentada en la cama.

-¿Qué estás haciendo levantada?

-Vine al baño.

-¿Por qué no me dijiste para ayudarte?

-Porque yo puedo sola Rebecca, estoy embarazada no enferma.

-¡Entiende que tuviste una amenaza de aborto!

-No me grites.

-Debes entender, parece que no te importa.

-Sí me importa pero no siempre vas a estar para ayudarme y no puedo aguantarme cuando quiera ir al baño. - dije con las lágrimas al borde de salir.

-Entiende que debes cuidarte y necesitas ayuda aunque no la quieras, casi pierdes al bebé y estás como si no te importara que el bebé sigue en riesgo, debes de cuidarte.

Sin poder evitarlo, las lágrimas bajaron por mis mejillas, como puede pensar que no me importa el bebé, es la única personita que tengo conmigo, a parte de esto, en el primer trimestre he tenido muchos cambios hormonales y que me diga esto, es la gota que derramó el vaso.

-Freen, yo...

-Déjame sola por favor.

-Pero.

-Por favor déjame sola.

-Está bien.

Salió de la habitación, me acosté en la cama y las lágrimas salieron aún más, ¿Por qué piensa tan mal de mi? Primero me dice que me embaracé por conveniencia y ahora me insinua que quiero perder al bebé, por eso no quería venirme con ella, no quiero tenerla cerca pero tengo que hacerlo por el bien de mi bebé.

-¿Puedo pasar? - dijo Margaret

Me limpié las lágrimas rápidamente y acomodé en la cama, no quería que me viera llorando.

-Adelante. - dije tratando de hablar bien para que mi voz no se cortara.

-No te preocupes niña, que no te de vergüenza, en el embarazo los cambios hormonales son así y no es para menos con lo que te dijo Rebecca.

-Lo siento, pero es que no puedo evitarlo. - dije rompiendo en llanto nuevamente, Margaret se sentó en la cama y me abrazó, eso me hizo recordar a mi abuela, la extraño mucho, lloré abrazada a ella hasta que pude tranquilizarme.

-Sé que Rebecca a veces puede ser un poco...

-Idiota. - terminé por ella, ambas nos reímos.

-Sí, pero ella no es así, simplemente aparenta ser alguien que no es, la sombra de lo que pasó con sus padres.

-¿Con sus padres?

-Sí, pero eso es algo que ella te debe contar.

-Me duele que piense que yo no quiero al bebé y no me cuido para perderlo.

-No es eso, simplemente es que será madre primeriza al igual que tú, pero ella no sabe que es lo que tu sientes, o si estás haciendo algo que puede hacerte daño, es por eso que ella se preocupa más y tenga miedo.

-No creo que se preocupe.

-Sí que lo hace niña, ayer no sabía que hacer, cuando me llamó para avisarme se podía notar la preocupación en su voz.

-¿Usted sabía de mi embarazo?

-Sí niña, cuando se lo dijiste y llegó aquí, me lo contó.

-Ustedes son muy cercanas.

-Sí, he estado con ella desde que era una bebé.

-Que lindo.

-Sí, la quiero como a una hija, es por eso que te digo que ella no es lo que aparenta, solo necesita que se acerquen a ella, necesita alguien que la ayude a salir de su oscuridad, cuando te cuente lo que ocurrió, te vas a dar cuenta porque es así.

-No creo que me lo cuente.

-Ustedes no se dan cuenta de lo que los demás podemos ver.

-¿De qué habla?

-Muy pronto lo verás, ¿Tienes hambre?

-Sí.

-Voy a preparar la comida para que comas algo, porque debes alimentar a ese pequeño.

-¡Gracias!

-No hay de que mi niña, si necesitas algo solo dímelo.

-¡Gracias!

Margaret me sonrió, salió de la habitación, tomé el libro y continué leyendo, estaba por llegar a mi parte favorita, me concentré tanto en el libro que no me dí cuenta de que Rebecca había entrado a la habitación.

-¿Podemos hablar? - dijo Rebecca.

-Sí.

-Quiero disculparme por lo de hace rato, sé que no debí decirte esas cosas.

-No te preocupes, te entiendo, yo también lo siento.

-¿Por qué?

-Por haber reaccionado de la forma en que lo
hicé.

-No te preocupes, yo sé que tienes cambios hormonales y eso pasa muy seguido.

-Gracias.

-No tienes nada que agradecer.

-¿Descansaste bien?

-Sí.

-Que bueno.

-Parece que avanzaste con ese libro.

-Sí, un poco.

-¿Ya tienes hambre?

-Sí.

-Voy a ayudar a Margaret y te traigo de comer.

-Está bien.

-Ya vuelvo.

Salió de la habitación, esta mujer en serio tiene muchos cambios de humor, Margaret me cayó muy bien, ella conoce a Rebecca como la palma de su mano, es una señora muy linda y amable, se nota que Rebecca la quiere mucho, me quedó la duda de lo pasó, Margaret dijo que eso causó que fuera como es, hasta ahora, Rebecca no ha dicho nada sobre cuando le dije que estoy enamorada de ella y no creo que lo vaya a decir, no volveré a repetirlo porque no quiero pelear y porque no quiero que se sienta presionada, pero eso no quiere decir que no vaya a ayudarla a dejar atrás su pasado, pero para eso, primero debo saber qué es lo que pasó.

PREDESTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora