CAPÍTULO XXV

4.6K 403 12
                                    

Pensándo en todo eso, comencé a llorar sin darme cuenta, sentí que la cama se hundió a mi lado, al girarme ví a Rebecca, con sus manos quitó mis lágrimas y me abrazó, en lugar de tranquilizarme, rompí más en llanto, Rebecca me dió un beso en la frente, lloré durante horas, hasta que por fin logré tranquilizarme.

-¿Mejor?

-Mucho.

-Siento mucho lo que te dije, no debí haberlo dicho, no quiero que sufras y soy yo la que te hago sufrir, por eso no quería tenerte cerca, traté de alejarme pero no pudé, no puedo dejarte ir, no quiero, tú me haces sentir algo que no sé como explicarlo, me haces reír, nos divertimos juntas, quiero estar siempre contigo, cuando no estás cerca de mí te extraño, incluso quiero que llegue la hora de dormir para abrazarte y poner mis manos en tu vientre abultado, cuando me despierto me quedo viéndo como duermes, eres hermosa, desde lo que pasó aquella noche, no he podido estar con ninguna otra mujer, porque siempre estás en mi cabeza, en todo momento, he pensado mucho у descubrí...que...estoy ... enamorada de ti.

Sus palabras me tomaron por sorpresa, acababa de admitir que se enamoró de mí, Rebecca Armstrong, a quien yo creía que no le importaban los demás y solo se importaba ella misma, las mariposas en mi estómago comenzaron a revolotear, lo que acababa de decirme me emocionó, mis ojos se cristalizaron.

-Te amo Freen, te amo más que a nada en el mundo.

Lágrimas de felicidad bajaron por mis mejillas, había esperado mucho tiempo para escuchar esas palabras, quizá nunca las hubiera escuchado pero sabía que quería escucharlas.

-No llores.

-Es...que...no...puedo...evitarlo...

-Lo siento por haber tardado tanto en decírtelo.

-Te amo Rebecca.

Se acercó a mí y me besó, era un beso dulce y suave, cuando nos separamos me abrazo.

-Señorita Sarocha.

-Sí.

-¿Aceptaría ser mi novia y sería tan amable de irse a vivir conmigo?

-Mmmm iSí, claro que acepto!

Se levantó de la cama de un salto, se acercó a mí y me subió a su cintura, comenzó a dar vueltas conmigo en brazos, cuando paro la besé, estaba feliz, completamente feliz, no podía pedir más, sé que con ella y con nuestro pequeño me es suficiente para ser feliz, así nos quedamos unos minutos, después me depositó suavemente en la cama, mientras me besaba, se posicionó sobre mí, pero se sostuvo con sus brazos para evitar lastimarme, continuó besándome, sus besos comenzaron a bajar a mi cuello, subió a mis labios nuevamente y mordió mi labio inferior haciéndome soltar un gemido, lentamente fue deshaciéndose de nuestra ropa, solo quedé en ropa interior, despositó besos mojados por todo mi cuerpo, la temperatura comenzó a subir, quitó mi sostén dejándo mis senos a la vista, su lengua comenzó a juguetear con mis pezones, esta mujer sí que sabe volverme loca, dejó de jugar con mis pezones para bajar con su lengua hasta mi zona íntima, se deshizó de mis bragas lanzándolas por algún lugar de la habitación, se posicionó en mi entrada y comenzó con sus manos a tocar, gritos de placer se escuchaban por toda la habitación, después su lengua tocó mi parte íntima haciéndome querer más, comenzó a juguetear con su lengua.

-¡Becky!....no...puedo....más...

-Me encanta cuando gritas mi nombre.

-Por...favor...

-¿Por favor qué? - dijo con su voz ronca y sexy que me hizó querer aún más.

-Te...quiero..dentro..de...mí..no....soporto...más

-Solo porque tú me lo pides.

Me penetró, sus movimientos eran lentos pero subieron a una gran intensidad, hasta que me vine y ella se vino dentro de mi, el mejor orgasmo de mi vida, una vez que terminamos, nos quedamos tendidas una al lado de la otra, se acercó a mi y me dió un beso en la frente.

-¿Estás cansada?

-Un poco.

-Entonces hay que dormir.

-Sí, pero el bebé tiene un pequeño antojo.

-¿Qué es lo que quiere este bebé? - dijo acariciando mi vientre.

-Pues, fresas con crema, mantequilla de maní y chocolate.

-Pero esa es una combinación muy rara y si te hace daño.

-Pero el bebé la quiere.

-¿El bebé o la mamá?

-Los dos. - dije haciendo un puchero.

-Está bien.

Salió de la habitación, me levanté y me vestí, unos minutos después volvió con mi antojo, aquí había todo, el chocolate y la mantequilla de maní me encantan, se subió a la cama y me lo dió.

-Aquí tienes.

-¡Gracias, te amo, eres la mejor!

-Yo también te amo.

Le sonreí, jamás pensé escuchar esas palabras salir de sus labios, comencé a comer lo que me trajo, sí, era rara la combinación, ¿Pero qué podía hacer? Rebecca solo hacía muecas cada que miraba lo que estaba comiendo, cuando terminé, llevé todo a la cocina, regresé a la cama y abracé a Rebecca.

-¡Buenas noches cariño! - le dije.

-Me gusta como se escucha esa palabra.

-A mi me gustas tú.

-Será mejor que duermas si no quieres que los vecinos se despierten al escucharte gritar mi nombre.

-Ya me follaste todo lo que quisiste.

-No, no te follé, te hice el amor.

Esta mujer me encanta, no puedo pedir más, deposité un suave beso en sus labios y lentamente nos fuimos quedando dormidas.

PREDESTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora