CAPITULO XXVI

3.8K 358 6
                                    

Abrí los ojos lentamente aún era temprano, el sol no había salido, estaba haciéndo frío, no quería levantarme pero tenía asco, me senté en la cama y justamente cuando iba a acostarme de nuevo, me dieron ganas de vomitar, corrí al baño y comencé a vomitar en la taza, cuando Rebecca escuchó se despertó y corrió hasta donde estaba yo, tomó mi cabello y con su mano comenzó a masajear circularmente mi espalda, cuando terminé de vomitar me levanté del suelo.

-¿Estás bien?

-Sí, gracias.

-Pobre de mi princesa. - dijo dándome un beso en la frente.

-Tengo frío.

-Vamos a la cama, aún es temprano.

-Sí.

Rebecca me cargó hasta la cama, nos acostamos y me abracé a ella, nos cubrimos con la manta, me quedé observándo su rostro por unos minutos, hasta que me dió sueño y me quedé dormida.
Sentí claridad en el rostro y abrí los ojos, ella estaba en la cama, sonrió al ver que me desperté.

-¡Buenos días a la novia más hermosa del mundo!

-¡Buenos días!

-¿Dormiste bien?

-Sí, gracias.

-Y ¿cómo amaneció mi pequeño o pequeña? - dijo poniéndo una mano sobre mi vientre.

-Amaneció muy feliz como su mamá.

-¿Ah sí y por qué?

-Pues porque su madre está aquí con nosotros.

-Y siempre va a estar. - me acerqué a ella y la abracé.

-Bec

-¿Qué pasa?

-Tengo hambre.

-No te preocupes, voy a preparar algo.

-¡Gracias!

-No hay de que.

Iba a ir al baño, me levanté de la cama muy rápido y me mareé, Becky se levantó rápido y me ayudó a sentarme de nuevo en la cama.

-¿Estás bien?

-Sí, es que me levanté muy rápido.

-Ya te dije que debes de cuidarte más y ser más cuidadosa.

-Lo sé, no volverá a pasar.

-Está bien.

-Voy a ducharme.

-Yo te acompaño.

-Pero...

-Pero nada, no voy a arriesgarme a que te marees de nuevo.

-Si no queda de otra. - dije rodando los ojos.

-No me ruede los ojos señorita.

-Yo no te rodé los ojos.

-Sí lo hiciste.

-Noo, claro que no.

-Claro que sí.

-Vamos porque tengo hambre.

-Tengo una propuesta.

-¿Cuál?

-Nos duchamos y vamos a desayunar a un restaurante.

-¡Me parece perfecto!

-Entonces hay que apurarnos.

-Sí.

Fuimos al baño y nos duchamos juntas, salimos después de media hora y nos vestimos, fui a la sala a esperar a Rebecca.

PREDESTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora