CAPITULO XXIX

3.6K 344 2
                                    

Tengo cinco meses y medio de embarazo, me desperté, Rebecca se fue a trabajar temprano, me levanté, me duché e hice mi rutina diaria, bajé a la cocina, Margaret seguía con su hermana, me alegro de que esté con su familia disfrutando, creo que su sobrino vendría a verlas y a pasar unos días con ellas, siempre me levanto a prepararle el desayuno a Becky pero al parecer hoy no escuché alarmas ni nada, comencé a preparar mi desayuno, me senté a desayunar, cuando terminé, limpié todo e hice las labores del hogar, no tengo nada que hacer, en mi trabajo ya me remplazaron, Rebebecca, contrató a un secretario, ella estaba buscando una secretaria, sí, estaba un poco celosa pero a fin de cuentas es trabajo, pero para mi sorpresa terminó siendo secretario, me agradó la idea, no tengo nada más que hacer así que le preparé a Becky el almuerzo para llevárselo a la oficina, ella me dejó las llaves de una camioneta BMW del año presente por si necesito comprar algo, tomé su almuerzo y salí de la casa a la camioneta, aseguré todo y arranqué directo a la empresa, unos minutos después llegué a mi destino, la empresa no estaba tan lejos, me bajé y subí directo al piso donde se encuentra la oficina de Rebecca, me acerqué a su secretario.

-¡Buenas tardes señorita!

-¡Buenas tardes! ¿Se encuentra Rebecca?

-Sí, acaba de llegar de una reunión.

-¿Puedo pasar?

-Claro.

-Gracias.

-No hay de que.

Caminé hasta la puerta y entré sin tocar.

-Alex, te dije que toques antes de entrar. - dijo
Rebecca con la vista en unos papeles.

-Bueno, si no me quieres aquí me retiro.

Dije con una sonrisa, levantó el rostro rápidamente de los papeles y al verme sonrió, se levantó y se acercó a mí para saludarme.

-No me contestaste, ¿Quieres que me vaya?

-Lo siento, creí que eras Alex y no, no quiero que te vayas.

-Eso creí.

-¿Qué haces por acá?

-Pues me sentía sola, así que decidí preparar tu almuerzo y traértelo para que comas algo.

-Me alegro, porque te extrañaba.

-¿Y por qué no me despertaste?

-Porque estabas cansada.

-Mmm, bueno, come tu almuerzo porque se enfriará.

-Lo que usted diga.

Saqué su almuerzo, se lo dí y comenzó a comer.

-¿Quieres? - me preguntó.

-No gracias, desayuné hace un rato.

-¿Segura?

-Sí.

-Está bien, pero tienes que comer bien y cuidar a nuestra princesa.

-No te preocupes ella está bien.

-¿Te vas a ir ahorita?

-Pues no lo sé.

-Mmmm.

-Tengo una idea.

-¿Cuál?

-Te ayudo y así terminas más rápido.

-No, tú debes descansar.

-Estoy bien.

-Freen.

-Rebecca, por favor.

-Está bien.

-¡Sí!

Me acerqué a ella y la besé, continuó besándome y bajó a mi cuello.

-Bec... aquí...no...

-Está bien.

-Portáte bien.

-Yo siempre me porto bien.

-Claro. - dije sarcásticamente.

-Aquí la que se porta muy mal eres tú, quien diría que las hormonas te afectarían tanto.

-Rebecca. - le dí una palmada en el hombro.

-Es cierto cariño.

-Ya, empecemos a trabajar.

-Está bien.

Comenzamos viéndo los papeles y le ayudé a ordenarlos, leímos algunos contratos y esperé a que firmara algunos papeles, hizo revisión de los trabajos de cada departamento, me dió sueño y me quedé dormida en el sillón, me canso muy rápido.

-Freen, cariño, despierta.

Escuché la voz de Rebecca y abrí los ojos lentamente, me senté en el sillón.

-¿Qué pasó?

-Te quedaste dormida, ya terminé, vamos debes comer porque ya es tarde.

-¿Qué hora es?

-Faltan quince minutos para las seis.

-Ya es tarde.

-Sí.

-Vámonos.

Me levanté del sillón, fui al baño, me arreglé un poco para que no vieran que me quedé dormida, tomé mis cosas y salimos de la oficina, Becky rodeó con su brazo mi cintura y así salimos de la empresa.

-Yo vine en la camioneta.

-Vamos en la camioneta, pediré que me leven el auto a casa.

-Está bien.

-Las llaves, porque tú estás un poco dormida.

-¿Qué estás insinuando?

-Nada, simplemente que es más seguro que yo maneje.

-Solo porque estoy cansada.

Le dí las llaves de la camioneta.

-Gracias.

Abrió la puerta y esperó a que subiera para cerrarla, después rodeó la camioneta para subir al asiento del conductor, una vez arriba fuimos directo a la casa.

-Ya sé que podemos comer.

-¿Qué?

-Comida italiana, no he comido desde la última vez que me levaste tú.

-Me parece perfecto, llama para que la lleven a casa.

-Está bien.

Llamé, hice nuestra órden, llegamos a casa y apenas entramos, tocaron a la puerta con la comida, pagué y la recibí, entré a casa, Rebecca había ido a ducharse para estar más cómoda, acomodé todo para sentarnos a comer, unos minutos después entró Becky y me abrazó por detrás.

-¿Tienes hambre?

-Mucha.

-Entonces coméncemos a comer.

Se sentó y comenzamos a comer, cuando terminamos limpiamos juntas y pasamos el resto de la tarde en la sala, hasta que oscureció.

PREDESTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora