calma antes del vendaval

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Actualidad.

Era de mañana en la gran ciudad de musutafu. Las clases se habían reanudado y todo había tomado un rumbo tranquilo, la batalla por la libertad de eri dejo muchos cabos sueltos, sir. Nighteye cayó en coma y overhaul fue atacado en su camino a tártaros, a pesar de que hubiera sufrido un destino peor si llegaba a interactuar con el albino una vez más, touka midoriya fue la encargada de ser su guillotina, la mujer combatió usando el 100% de one for all, desatando y rompiendo el limitador por un instante, logrando pulverizar cada uno de los intentos inútiles y en vano del yakuza por liberarse de la pequeña mujer peli verde.

En cambio, la misión fue todo un éxito y esto sin embargo causó que la situación se volviera tensa por un tiempo, la razón era simple aunque un poco obvia, izuku gojo ahora era padre y no solo eso sí no que la pequeña niña eri a su cargo, (por amenazas del mismo gojo a las autoridades, amenazando con causar una masacre en la policía si no se le obedecía y que le importaba poco el público), consiguió la custodia de la niña, sin embargo la misma pequeña ahora solo decidía hablar o interactuar con izuku y mirko, causando algunas pequeñas escenas.

Retrospectiva.

Fuera de una habitación de hospital, se encontraba izuku, el albino estaba tomando un jugo en una cajita de carton con una pajilla, mirko a su lado lo miraba anhelante, el albino suspiro y extendió la cajita a lado suyo donde la coneja empezó a sorber del popote.

--¿Estás segura de esto Rumi?-- pregunto izuku, su rostro estaba adornado ahora con la venda en sus ojos nuevamente.

--lo estoy, además de todo esto, nadie más que nosotros dos comprende lo que esa pequeña es capaz de hacer si se propone-- mirko lanzo un puño al aire muy emocionada del potencial de la pequeña eri.

--lo se, de verdad creí que moriría peleando contra esa cosa...-- dijo el albino, aún recordaba su batalla con mahoraga.

--debes agradecerle a ryuko, si no hubiera sido por su gran deducción y el aporte de las chicas ochako y tsuyu, no hubiéramos podido detectar la habilidad de esa cosa... Mojarra o lo que seas-- mirko estaba bastante enojada con aquella deidad que le causó pánico en el momento.

--tienes razón, después de todo... Debería agradecerle tarde o temprano...-- gojo levantó los hombros indicando que no le tomaría importancia por ahora.

--entonces izuku... ¿Estás listo para esto?-- pregunto Rumi, un ligero tinte roza adorno sus mejillas mientras golpeaba el suelo repetidas veces con su pie.

--hagámoslo, de todos modos la idea no me disgusta... El punto de desarrollo será el problema-- izuku se apartó de la pared donde recargaba.

--vamos, se que quieres domesticar a esta conejita-- mirko hizo circuitos en el pecho del albino, un ligero toque candente en su voz la hizo destacar.

Ambos caminaron hacia la puerta de la habitación, desde dentro una pequeña niña estaba jugando con un lobo de color blanco y otro negro, ambos parecían aún cachorros pero técnicamente no lo eran, mientras ambos miraban esto por la ventana el albino respondió a la coneja.

--no niego que quiero hacerlo, pero eso será cuando me gradué de UA-- izuku giro la perilla de la puerta y la pequeña niña dirigió su mirada al lugar.

--¿Cómo te encuentras cariño?-- mirko suavizó su normalmente amenazante tono de voz cuando hablaba dirigido a la pequeña.

--pareces mejor que antes, sabía que podrías hacerlo-- dijo el albino, que se recargo nuevamente en la pared con las manos en los bolsillos.

Izuku El Último Gojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora