𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐷𝑜𝑐𝑒

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Suspiré una vez más, estaba mirando por la ventana de la entrada. Eran las once de la noche, Igor aún no había vuelto y Mirtha decía que serviría la cena cuando él llegué. Y él no llegaba, 20 minutos después al fin llegó. Lo ví bajar y fuí corriendo a Mirtha quién parecía que ya sabía que había llegado.

-Llego. - avisé y ella sonrió.

-Vamos.

Ambas fuimos a la entrada, pero yo me quedé en la puerta de comedor mientras ella iba a saludarlo.

-Bienvenido señor. La cena está lista, Rosse lo estaba esperando.

-Espere obligada. ¿Puedes apúrarte?. Tengo hambre.

-Si. - dijo el y se sacó su traje.

Mirthita lo colgó en el vestíbulo y el caminó hacia mí. Entre al comedor y me senté dónde siempre y el en la esquina.

-¿Cómo estás Rosse?. - me sonrió.

-Bien. - murmuré y vi la mesa.

Había pocas cosas. Pensé en que Mirtha traería más pero ella llegó con una pequeña bandeja de carne. Mire a Igor y me sonrió.

-El señor Igor me dijo que haga lo justo hoy. Igual en el desayuno. Llamé a la mansión de su casa señor. Todo lo que sobre Ana lo donará a un orfanato que está a la salida de The dark night. - dijo sonriendo mientras me miraba.

Me sorprendí y miré a Igor.

-Genial. - murmuré y mire mi plato.

-¿Solo dirás eso?. - dijo enojado.

No dije más nada y me puse a comer. Pero eso molesto a Igor. Ya que puso mala cara. El se levantó de la mesa.

-Señor.

-Ya comí. - dijo molestó mientras se iba.

Mirtha me miró.

-Puedes cenar conmigo. - sonreí.

Ella negó y se fué. Me quedé sola en la mesa. En la gran mesa. Nunca comía sola, siempre estaba Igor o Mirthita. Suspiré y no pude comer. Me quedé ahí sentada. Me levanté y me fuí a mi cuarto. Entre al baño y me hundí en la bañera. Quería morir... empecé a sacar todo el aire de mis pulmones y me hundia más y más. Y justo cuando el agua iba a entrar por mi nariz, sentí como alguien me tomaba de la nuca y me saco para arriba.

-¡ROSSE!.

Salí del agua y respiré mientras veía a Igor.

-¡¿Que te sucede?!. - me grito molesto y yo solo mire al piso. -Sal. ¡SAL!.

Me grito mientras me tomaba del brazo, y me sacaba de la bañera con fuerza. Mirtha llegó y me tapo rápidamente con una toalla y me sentaron en el inodoro.

-¡Ya estoy harto!. ¡¿Que quieres de mi?!. - grito histérico y su voz salió afónica.

-Señor tranquilo. Por favor. - decía Mirtha.

-¡Ya no puedo estar tranquilo Mirtha!. ¡Solo mírala!. - ambos me miraron.

Solo escondí mi rostro mirando al piso. Igor se fue molesto mientras pegaba puertazos tras de el. Yo me quedé en silencio y luego escuchamos como el rompía muebles. Mire a Mirtha.

-Ay mi niña. - ella me abrazó.

-Solo quiero mi vida Mirthita. Yo nunca pedí esto.

-Lo sé. El solo quiere lo mejor para tí Rosse. ¿Porque no puedes tratarlo bien?.

-No lo sé. - murmuré.

Mirtha me acostó y se fué. Me obligue a dormir. Odiaba pensar y sobre pensar. Pero eran las 3am y no podía dormir. Suspiré y cerré los ojos fuerte. En algún momento logré dormir.

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