𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒

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Me desperté escuchando risas. Suspiré, me lavé la cara y me arregle un poco. Bajé las escaleras y ahí estaban los cuatros. Igor reía con ellos, se veía feliz.

-Hola Rosse. - dijieron a coro los tres.

El me miró sonriendo.

-Hola chicos. - saludé y me quedé parada en el final de las escaleras.

-¡Siéntate!. - me dijo Gerald mientras se levantaba del lado de Igor.

-Ohh no. Tu quédate.

Intentó que se quedara pero él se fue y se tiró encima de Alfred y Anthony.

-¡Ahh, una bola negra! - decía Alfred y todos se reían.

Suspiré y me senté al lado de Igor.

-¿Cómo dormiste pequeña Flor?. - decía Alfred mientras se codeaba con Gerald.

-Es rosa idiota. - dijo Anthony y los tres rieron.

-Ya casi le dijo turipan.

Los tres estallaron de risa. Yo reí por compromiso.

-El desayuno está listo señores. - dijo Mirtha y me miró. Me guiño un ojo.

Los tres se levantaron cómo locos y fueron afuera. Igor se levantó y me tendió su mano.

Parpadee un segundo y lo miré a los ojos. El en verdad quería que tomé su mano.

-Ohh Igor. Lamento no amarte. - dijo Gerald y los otros reían.

Me giré a verlos enojada. Y tome la mano de Igor.

-¡Oh Igor, siento que al fin podré amarte!. - decía Alfred.

Igor tomó un almohadón y se los tiró pero ellos ya habían salido corriendo. Me reí al ver cómo se caían y se levantaban rápido.

-¿Siempre fueron tan idiotas?. - le pregunté a Igor.

Mientras nos íbamos afuera.

-Con el tiempo empeoran. - decía el riendo.

No quería pensar en que mi mano estaba con la de Igor. Que por cierto era muy cálida.

-Tu mano es muy suave. - me murmuró el.

-Ohh Mirthita me dió una crema. Créeme antes eran súper ásperas. - dije nerviosa mientras reía y saqué mi mano.

-Rosse. - me dijo el.

Pero yo literalmente corrí afuera. Dónde estaban los chicos con el pavo real. Me empecé a reír al ver a Gerald imitarlo. Igor llegó a mi lado y se puso en frente de mi. Lo miré y estaba enojado.

-Ven tenemos que hablar. - me dijo mientras pasaba por mi lado.

El quería que yo lo siga. Yo sólo me quedé mirando a los chicos.

-Rosse. - me llamo de nuevo.

Pero yo no moví ni un pelo. Los chicos hacían como si no nos vieran o como si no escucharán.

-¡Rosse!. - me grito fuerte.

Me dió un escalofrío oír su voz en un tono alto gritándome. Me asusté así que me di vuelta y con la cabeza agacha caminé hacia donde estaba. Él comenzó a caminar y yo fuí detrás de él. A su oficina, dónde estaba mi cuadro como Anthony había dicho.

-¿Qué te pasa ahora?. - me dijo molestó mientras cerraba la puerta.

-Nada. - murmure mientras miraba unos libros de su estantería.

-Dime la verdad. - dijo y estaba detrás mío. - ¿Que te pasa?. - me murmuró.

-Nada. - insistí y corrí hacia el gran ventanal.

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