Sentía unos suaves mimos en mi cabello. Suspiré pensando que era Igor, abrí mis ojos, el estaba detrás mío pero empecé a oler... era su aroma...Sorprendida me senté de inmediato y giré mi rostro.
-¡Ma!. - grite y me tire a sus brazos.
Comencé a gritar como loca, mientras ella reía, lloraba sin parar. Me puse a verla, sus ojos celeste cielo estaban llenos de lágrimas.
-¿Cómo?... - susurre mientras tocaba su rostro para asegurarme que no era un sueño.
-Igor. - respondió sonriendo.
Mire a Mirtha quién estaba en el marco de la puerta sonriendo.
-¿Dónde está Igor?.
-Se fue señorita.
-Quería agradecerle.
-El se acaba de ir.
Corrí a la ventana de mi cuarto y ví como se subía a su deportivo y salía. Suspiré y me giré a ver a mi mamá. Me reí y corrí abrazarla. Ambas estuvimos abrazadas, Mirtha nos llevó abajo donde había una mesa llena de cosas para desayunar. Pero mi mamá se sentó con culpa.
-Lo sé. - tome su mano. -Me pasa lo mismo siempre. - murmuré. -¿Cómo te busco Igor?.
-El fue a casa. Me contó que pasó. - decía mamá sirviendo una rebanada de pastel.
-¿Que te contó?. - dije extrañada.
-Qué perdiste tu trabajo, y que no tenías con que pagar tu departamento. Qué por eso vives con el.
-Oh eso dijo. - murmuré.
-¿Fue así realmente Rosse?. - mamá alzó una ceja.
-Si...
Cambie de tema para que mamá no me pregunte más, no quería preocuparla ni tampoco decirle la verdad. Mamá quedó encantada viendo todo, hablamos durante horas en el patio. Mirtha nos hizo un desayuno riquísimo y mamá quedó encantada con el pavo real, nunca en su vida imaginó que vería un pavo real, quedó encantada y ambas nos pusimos a correr con el pavo. Las risas inundaron el patio. Luego de un tiempo ambas nos sentamos ya que estábamos agotadas.
A mi mente llegó Igor, su forma de esforzarse por mi y como siempre quería hacerme feliz. Suspiré mientras cerraba mis ojos y tiraba mi cabeza hacia atrás, sus ojos azules inundaron mi mente de inmediato. Abrí mis ojos y mire el cielo,se veía tan hermoso, suspiré y mire a mamá quien sonría.
-Un bonito suspiro de amor. - dijo y la miré mal.
-Claro que no. - murmure pero una sonrisa se escapó.
-¿Sigues sin dejarte amarlo Rosse?.
-No puedo mamá. - dije negando
-¿Porque cariño?.
-Porque una parte de mi se niega al síndrome de Estocolmo. - murmuré.
-¿Que dijiste Rosse?
-Igor mamá el... todo fue muy rápido para mí y el aún no logra entenderlo. Si yo entiendo de que este enamorado de mí y sus instintos, también se que deja sus responsabilidades por mi y que me ama, pero... a veces me siento obligada a estar con el. - mire al piso. - Todo esto es un sueño y siento que no hice nada para merecerlo. El me da todo, y nada es mío al final de cuentas, porque todo para el es sencillo y odio eso. Quiero ganar mis cosas hacerme valer por mi misma y no por un hombre obsesionado conmigo. - dije molesta.
-Rosse. Estás viviendo un sueño, vívelo, por todas las personas que no pueden. Deja ese lado que te impide amarlo, Igor se ve maravilloso.
-Pero yo nunca lo elegí mamá. - la miré a los ojos. - Yo no quería nada de esto.
-Rosse. Vivías horrible antes, mira esto por favor.
-Lo sé. Pero eran mis cosas mamá. Tu tampoco me entiendes. - dije mirando a un costado.
-No, no te entiendo Rosse. Igor es apuesto y te ama, ¿Que más quieres?.
Suspiré y me levanté.
-Queria mi vida, quería enamorarme en algún momento pero no así. - dije caminando, mamá me seguía. - Quería elegir a un hombre, a alguien con quién luchar por un futuro, no quién lo tiene en bandeja de oro. Aparte, no quiero arruinar su preciado linaje. - murmuré.
-¿Que dijiste Rosse?
-Qué en la familia de Igor se casan con personas de su mismo estatus social mamá. Imagínate, yo una pobretona con el conocimiento básico. Y ellos todos adinerados con sus mansiones, y cosas lujosas. - dije negando. - Ellos piensan en si mismos y no en las otras personas, no les importa si hay niños muriendo de hambre, solo les importa acumular riquezas y más riquezas. Yo no quiero eso en mi vida. No quiero cargos importantes, solo quería ser normal.
En esta instancia habíamos caminado bastante así que paré y me giré a verla. Ella me miró pensativa.
-¿Ya me dirás la verdad o lo seguirás evitando?.
Suspiré y caminé hacia la mansión. Subí las escaleras pero noté que él estaba en su oficina, me acerque a verlo, estaba de espaldas buscando algo entre unos papeles. Me pare en el marco y espere a que voltee, pero pasaban los minutos y el no giraba.
-Hey. - dije rendida y me acerque.
El seguía buscando algo, pero no lo encontraba ya que comenzó a ver uno por uno.
-Gracias... por traer a mamá. - murmure.
El asintió y siguió en lo suyo. Me sentí extraña, Igor siempre me prestaba atención, me di cuenta que tal vez escuchó mi conversación con mamá.
-¿Hace cuánto viniste?. - pregunte preocupada.
-Recién llegó. - murmuró.
Suspiré aliviada. Me quedé viéndolo, hasta que al fin él, encontró el papel. Aliviado lo sacó mientras lo leía. Podía ver sus ojos azules ir de un lado a otro, parpadee y mire mis manos.
-¿Necesitas algo Rosse?. - me dijo serio, levanté la mirada y lo miré.
-No. Solo quería agradecerte. - asentí y el también.
-Adios. - dijo sin más mientras salía y yo detrás de el.
-¿Cuando vuelves?. - me animé a decir y el paró.
Me miró sobre su hombro.
-¿Cuando quieres que vuelva?.. - murmuró.
-Cuando puedas. - dije apenada.
-¿Cuando quieres que vuelva?. - repitió como si yo fuera una niña pequeña que no entendía una pregunta.
-Cuando tu quieras.
-En dos años.
-¿Qué?. - dije en shock.
El se giró a verme.
-¿Quieres tu vida de vuelta Rosse?. - decía serio.
Me sorprendí.
-Habla ahora. ¿Quieres irte?. - se veía como un témpano de Hielo. El no era así.
-¿De qué hablas Igor?. - murmure.
-Una guerra se avecina. Me necesitan, ¿Quieres tu vida de vuelta?. - lo miré.
Me quedé sin palabras.
-¿Si o no?. - el arqueo una ceja.
-Si. - dije de inmediato.
-Okey. Toma tus cosas y vete.
Mi corazón se apretó y lo ví irse sin mirar atrás. Mis ojos se abrieron grandemente y quedé en shock. Igor se fué... ¿Para siempre? Una lágrima rebelde cayó de mi mejilla al saber que esto estaba pasando de verdad. ¿Que le pasó? ¿Porque está decisión de repente?. Mi corazón tenía una sensación horrible. Pero ¿No es esto lo que quería?
Me giré y ví a mamá mirándome.
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¿Quién eres?
JugendliteraturIntroducción: -¿Y esas rosas?. -me preguntó mi compañera sonriendo. -No lo sé. - respondí sonriendo. Pero pasando los días las flores se hicieron un problema. -¡Ésto no es una florería Rosette!. - me regaño mi jefe al 4to día de haber recibido flore...