𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑒

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-¡Rosse!. - sentía mi nombre.

Me desperté lentamente y ví a Mirtha.

-Señorita me acaban de llamar de The dark night, debo irme con urgencia. El señor Igor está durmiendo, dentro de una hora necesita su medicamento, deje sopa en el refrigerador. Por favor hágame el favor...

Me levanté y asentí. Dormida. Mirtha salió y yo tenía mucho sueño así que me acosté a seguir durmiendo. Pero luego me desperté asustada. Corrí a la cocina y gracias a Dios estaba el horario del medicamento de Igor, me fijé la hora y estaba a tiempo, le serví un vaso de agua y fuí a su cuarto. Entre y el estaba durmiendo, se veía tan tranquilo que me daba pena despertarlo.

-Igor. - murmure. - Igor...

El abrió sus ojos azules y me miró, se veía tan tierno.

-Tu medicamento. - dije alejándome. El se sentó en la cama.

Espere a que se despierte y le puse la pastilla en su mano, luego el agua.

-¿Que hora es?. - murmuró mientras rascaba sus ojos.

-Son las 7am. - murmuré.

-Qué temprano. Pensé que dormiría hasta tarde. - decía ríendo.

-No. El deber llamaba. - dije riendo. -¿Cómo estás?.

-Si me acarias el pelo te diré. - murmuró y cerró los ojos.

Nerviosa le acaricie.

-Siento vibraciónes. Es solo en el lado izquierdo, el derecho lo tengo bien. Anoche en la madrugada sentí el típico piiii. - decía con sus ojos cerrados.

-Duerme un poco más. - susurré.

Intenté irme pero el tomó mi mano.

-Quedate... por favor. - me miró con sus ojos azules cansados.

Asentí y me senté a su lado en la cama. El bajó las sábanas para que me tape, sonreí y me recosté con el. Pero también tenía sueño así que me acosté, el también y me miró. Giré a verlo, sonrió. Pero cerró sus ojos. Suspiré y me giré en la cama para intentar dormir. Pero no podía me sentía muy tímida.

-Sabes Igor. - murmure y el me hizo un sonido para decirme que me oía. - Te agradezco por siempre darme mi espacio. Nunca nadie intentó quererme. - murmuré bajito.

-Nunca me costó que alguien me quiera. - dijo gracioso.

Ambos nos quedamos en silencio. Me dí cuenta de que el se durmió cuando un leve ronquido apareció. Me reí y yo también me dormí. Quedé perdidamente dormida, me desperté asustada y ví a Igor dormir plácidamente. Sonreí y en silencio bajé a la cocina, le hice unas tostadas, busqué quesos y recaliente la famosa sopa, que se veía riquísima. También hice jugos de naranja, los exprimí lo mejor qué pude, puse todo en una bandeja y subí. El me esperaba sentado en la cama al verme sonrió.

-¿Ya despertaste?. - le pregunté mientras le acomodaba la bandeja.

-Si. Te oí desde que te levantaste. - decía burlón. -¿Tu hiciste todo?.

-Si. - dije normal. - Menos la sopa obvio. - sonreí.

-Se ve delicioso. Gracias. - me sonrió.

Asentí.

-Ven come conmigo.

-Oh no tengo hambre.

-Vamos Rosse. - suplicó.

-Okey. - suspiré.

Él sonrió cuando me senté a su lado. Ambos comimos de su bandeja. Igor trataba de no verme.

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