𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎𝑖𝑢𝑛𝑜

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-¡Yo también los voy a extrañar!. - dije lloriquendo.

  La verdad los días pasaron volando, hablé mucho con mamá por las noches y jugué durante horas con los peques. Anthony no pudo seguirme el ritmo, el solo se quedaba en las sombras o hablaba con mamá, al parecer los niños no le gustaban tanto. Ni siquiera tenía tiempo para hablar con el, estaba muy ocupada conociendo a mis pequeños hermanos y hablando de todas las cosas que mamá haría con el dinero. Me sentía tan bien, tan llena, de verdad estaba considerando mudarme cerca, quería quedarme, quería estar con ellos, pero pensaba en Luis, Tomás y Jhon, también quería estar con ellos, quería encerrar a todos en una burbuja y vivir todos ahí juntos.

-¿Cuando vuelves Rossi?. - me preguntó Fran con su dulce voz.

-No se Franci. Dios quiera que pronto. - sonreí.

-¡No te vayas Rossi!. - lloraba Tadeo.

   Si, temia que esto pasará y esto está pasando.

-Ya Tadeo ella volverá. - rodó los ojos Mateo mientras lo agarraba.

-Adios Rossi. - me abrazó Melissa por quinta vez.

-Adios niños, pórtense bien. Los amo. - dije mientras entraba al taxi.

   Anthony con el chófer me estaban esperando hace media hora.

-¡No Rossiii!. - gritaba Tadeo.

   Mi corazón se partió en dos, el chófer comenzó a conducir y a cada paso mi corazón se apretaba. En unos días me había hecho querer.

-Ese niño me recuerda a Igor. - dijo Anthony mientras miraba por la ventana.

-Callate Anthony. - dije mientras secaba mis lágrimas.

-¿Y por qué lloras?. - me preguntó extrañado.

-Por que no quería hacerlo sentir mal. Me dijo que no lo deje como su mamá. - dije con un nudo en la garganta.

-Ay por favor Rosse. Tu ni hijos tienes. - dijo negando. - Vamos no te sientas mal, no es tu culpa.

-Ya se, pero no debí dejarlo estar tanto conmigo. - dije negando.

-Ya paso. - dijo dándome unas palmadas.

-Eres un pésimo consolador. - dije mientras reía.

-Al menos te hice reír. - dijo con una sonrisa de lado.

   Suspiré mientras miraba por la ventana, apoyé mi cabeza en la puerta y me perdí viendo el paisaje. Me encantaba ver los autos pasar, las personas, niños, animales, los colores. Anthony le pago al hombre para que nos lleve directamente al segundo tren, así tomariamos uno. Literalmente quería que el hombre nos lleve hasta mi casa, pero el hombre dijo que no llegaba tan lejos. Anthony se enojo un poco pero lo acepto. No entendía porque le molestaba tanto andar en tren.

-Oye. - me codeo y lo miré. - Tengo hambre. - se quejó.

   Sonreí.

-Ya llegamos a la estación, puedes comprar algo para comer ahí. - dije mientras me preparaba.

   El asintió y justo estábamos llegando.

-Ve a comprar los boletos también. Te esperaré en la parada. - le dije mientras bajaba mi mochila.

    Habíamos llegado con tantas cosas y ahora volvíamos con livianos.

-Si si, ahí vengo. - decía mientras se iba corriendo.

   Negué mientras iba a la parada, como nunca no había mucha gente. Me apoyé para esperar, me di cuenta que el tren tardaría en llegar, así que metí mis manos en los bolsillos. De pronto ví un auto negro acercarse, rodé los ojos cuando se acercó a mí.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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