EL SEXY PROMETIDO DE GOJO-SAMA.

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~Aaaah~ Lunes un día maravilloso, las nubes cubrían el sol, la brisa se sentía agradable, todo era increíble.

Toji mira el cielo con anhelo, sus colores le recordaban a cierta persona, la cual esperba por su llegada con mucho entusiasmo.

–Toji-san. – Toji suspiro al oír esa voz, la mocosa otra vez molestando.

–¿Qué? – respondió tajante.

La Omega se encogió, esperaba al menos una mirada, su castigo fue severo, si llegar a dejar marca, tenía que estar limpia para su futuro alfa, cosa que le desagradaba, ella ya tenía un alfa.

–La pase muy mal ahí a bajo.

–¿Así?, que mal. – Toji siguió con su mirada al cielo.

–Creí que usted iría a verme, su negación a mi me duele mucho. – Toji esta ves no contestó.

–¿Por qué él?, ¿qué tiene él que no tenga yo?. – Toji suspiro, su paciencia se le estaba acabando.

–Es…es un maravilloso Omega, es fuerte, independiente, no necesita que un alfa lo salve. – la Omega miró con enojo a Toji, su coraje por ese Omega crecía más y más.

–Toji-san, su auto llegó. – el alfa asintió y se levantó de su lugar.

–¿Le ayudo con su equipaje?.

Toji asintió, estaba por seguir al joven pero la mano de la Omega lo detuvo.

–Por favor, no se vaya con él,  yo le haré más feliz, haré todo lo que me pida, pe-pero por favor quédese. – Toji no la miro, solo suspiro y se soltó de su agarre.

Siguio con su camino y dejó a una Omega llorando detrás de él, su vida nueva empezaba hoy y ninguna Omega lo haría dar paso atrás.

Subió al auto, ahí vio a la Omega, esta lloraba a mares, mientras su padre la jaloneaba para regresar a su hogar.

Suspiro, quería relajarse un poco, así que dejo salir su aroma, un poco, ya que no quería perfumar el auto e incomodar al chófer.

Su trayecto sería corto, pero para el sería largo y pesado.

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Miertas Toji llegaba a su nuevo hogar, un Omega peliblanco se miraba al espejo con ansias.

–Ya es la tercera ves que te miras al espejo, lo vas a quebrar de tanto que te mira. – Suguru suspiro ante las locuras de su amigo.

–Cállate, el trayecto de la casa Zenin hasta acá es corto y no quiero que me mire todo desarreglado. – Suguru solo rodó los ojos, su amigo era un esférico de primera, ni en los exámenes se ponía así de ansioso, es más ni entraba a los exámenes.

El motor de un carro se escuchó fuera de la vivienda.

–¡Ya llegó, que hago, no acabé de arreglarme!. – mientras Satoru corría por toda la habitación, Geto se levantó muy pacientemente de la cama y caminó hacia el Omega, lo tomó de los hombros y con palabras tranquilas habló.

–¡Ya mierda, no te ves feo, te ves bien, me estresas que camines en círculos y tires cosas por tirar, no seas imbécil y no te dejes ver vulnerable!. – lo soltó y suspiro, Satoru asintió calmado, las palabras de su amigo sí que son inspiradoras.

–Ahora vamos que voy morir de asfixia con tu aroma.

–No me di cuenta, lo siento. – Satoru bajo su cabeza.

–Está bien, estás nervioso, lo entiendo, solo…solo tranquilízate un poco, dices que es un buen alfa, no pienses demás. – Satoru asintió con más alegría, abrazó a su amigo y salieron de la habitación.