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Yumi estaba que se moría, su plan se estropeó, Sukuna se llevó al emo con él y no hizo nada más.

¡Joder!, cada cosa que hace sale mal, necesitaba hacer algo urgente y meterse con Sukuna no estaba en sus planes.

Caminó por todo el bosque, los hechiceros se fueron para la cueva, de milagro logró salir.

Estaba por ir a la salida cuando algo le llamó la atención, un olor. Y no cualquier olor, era el aroma de su Alfa.

Era Toji, él estaba ahí, caminó más rápido, tenía que verlo, saber si estaba bien.

–Tranquilo, todo estará bien, él está bien, es fuerte y lo sabes. – Toji acariciaba a una persona de cabellos blanco, el cual lloraba en su hombro.

–Yo…yo debí estar con él, no irme, sabía…sabía que algo andaba mal y no hice nada. – Toji lo abrazó más y esparció más sus feromonas, tranquilizando un poco al Omega.

Yumi miraba todo el intercambio de palabras, el abrazó y las caricias, ese era el Omega que le quería quitar a su alfa.

–Lo buscaremos, tranquilo. – Toji beso la frente de Satoru.

–Nanami dice que…que fue marcado. – a Yumi le temblaban las manos por la cólera que sentía.

La estúpida maldición marcó al amigo de su rival, era más que claro que esa cosa no la ayudaría con nada.

Salió del bosque, necesitaba ver a Naoya, él le buscaría otra solución otros secuaces.

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Sukuna cargo como costal de papas al Sigma, este no hizo ningún movimiento estaba más concentrado en no esparcir sus feromonas de miedo.

Sukuna era un alfa dominante, estos se exigieron hace muchas décadas, eran seres poderosos, su voz de mando no sólo recaía en los Omegas, sino que todas las castas existentes aceptaban el mando del dominante.

Sukuna no representaba un peligro para él, según su sigma o alfa,(ya no sabía que era) este le decía que el alfa era el indicado.

¿Indicado?, ¿para que o que?, su animal estaba más que confundido y dolido, vería a cualquier alfa como indicado para él.

–Sigma, no te distraigas y dime donde están los demás dedos. – Suguru salió de su ensoñación y miró como pudo al dominante.

–Hay varios esparcidos por la ciudad, y otros están en la escuela de hechicería. – Sukuna bufo, los hechiceros no eran tan inteligentes como pensaba.

No dijo nada solo siguió su camino.

Cada dedo que encontraba se lo comía, si eran cinco se comía los cinco, Suguru solo miraba como la energía de este se hacía cada vez más fuerte y el alfa humano moría cada vez más. Dando el mando del cuerpo a Sukuna.

Fue llevado a una cabaña abandonada, no tenía la menor idea de donde estaba, solo sabe que después de su secuestró fue introducido a la expansión de dominio de la maldición.

Había un templo macabro, una cama y muchos pero muchos huesos, ah y agua o eso suponía, no quiso preguntar.

–Camina. – Sukuna lo empujó hacia el templo.

Sukuna quitó sus ropa, le quedaba apretada, muy apretada.

Suguru no dijo nada solo caminó lentamente, no quería llegar, percibía lo que pasaría, el aroma a sangre y madera lo alertaba, sabía que Sukuna le haría algo, pero no comprendía si era algo bueno o malo.

–Acuéstate. – ordenó el dominante.

–No prefieres hablar así. – Sukuna carcajeo, su sigma si que decía chistes muy buenos.

EL SEXY PROMETIDO DE GOJO-SAMA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora