EL SEXY PROMETIDO DE GOJO-SAMA.

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(MINUTOS ANTES)

La camioneta donde los trasladaban se detuvo al inicio del bosque, sabían que tenían que bajar y caminar hasta donde se encontraba el santuario.

–Yu y Suguru irán juntos a vigilar que nada raro pase, los demás rodean la cueva. – el profesor miró unos momentos a Suguru, le preocupaba, había algo raro en el ambiente.

Haibara miró a Suguru, estaba nervioso, quería hablar de algo importante, para él lo era, sabía que su sempai no haría nada en contra de nadie, pero había una espina en su corazón que no le dejaba avanzar.

–¿Vamos? – el Omega asintió.

Caminaron por el bosque tenebroso, que a pesar de ser de día, este se encontraba algo oscuro.

–Geto-sempai, yo…yo quería saber algo que no me deja dormir. – Suguru suspiro, el chico empezaría a hablar, no quería malos entendidos así que hablaría con la verdad.

–Dime…

–Es…– suspiro.

–Es cierto que usted es la pareja destinada de…Ke-kento. – Suguru detuvo su andar, le causaba inquietud a su lobo, el pobre lobo no podía con el rechazo de su pareja.

–Yo…sí, Nanami es mi pareja destinada, pero él me dejó en claro que no te dejaría. – Yu abrazo a Suguru, sorprendiendo al pobre alfa.

–¿Qué…?

–Lo siento Geto-san, no quería entrometerme, si estuviera enterado no habría aceptado a Kento. – Suguru acarició los cabellos chocolate de Yu, el pobre no dejaba de llorar.

–Ya, ya, no llores, hay mejores alfas haya afuera, mi lobo quiere de su destinado pero no lo voy a obligar a nada para complacer a ese lobo caprichoso. – Yu se separó de Suguru para mirar sus ojos.

–Y si usted lo desea yo puedo ayudarlo con Nanami, a mi me dolería que mi destinado me rechazara, no quiero saber lo que usted siente cada que ve a Nanami conmigo. – Suguru negó divertido, ya no quería a Nanami en su vida, el hombre era demasiado serio para un alfa que tiene una vida hecha terremoto.

–No, Yu, no quiero a Nanami, no por ser mi destinado tengo que estar con él, Nanami pensó que yo haría algo para estar con él, pero le deje bien en claro que no era algo deseado en mi vida. – mentía, claro que mentía, quien no quiere a su destinado con él, pero Nanami jamás lo aceptará, es más, ni se había declarado a Nanami, jamás estuvo esa conversación. Haibara se separó del abrazo y sonrió, que critique a su Alfa le era divertido, la mayoría le tenía miedo por ser tan callado y serio, excepto Satoru, él sí que fastidiaba a Kento.

Continuaron con su camino hacia la cueva, Suguru empezó a sentir un miedo que antes no había sentido.

Los pájaros volaron asustados, alterando el ambiente.

–Yu, ve tras de mí, iré yo primero. – Haibara asintió, se desplazó detrás de Suguru.

Suguru entró a la cueva sólo, dejando a Haibara muy lejos de él, el entorno lo sofocaba y quería saber el por qué.

Al llegar al santuario vio a una niña y un hombre.

–¡Oye! – la niña lo miró asustada, traía un dedo de la maldición en su mano, a punto de dárselo al hombre.

Suguru temió por su vida, si Sukuna aparecía todo se iría al carajo.

En estas ocasiones se necesita de un hechicero fuerte, maldito seas Satoru Gojo.

–¿Eso son los dedos de Sukuna?. – en la caja de protección ya no se encontraba ni uno, solo quedaba el que la chiva traía.

–Oh, no, ¿no me digas que le has dado todos los dedos? – Geto vio como la niña le hizo tragar el dedo al hombre.