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Satoru se levantó temprano, demasiado temprano, era el día en que su cortejo empezaba y estaba más que entusiasmado.

-Ya levántate, no ves que es un día hermoso. - Geto le aventó una de las almohadas en la cara.

-Vamos, ayuda a tu besti a prepararse para su gran día.

-No, mamá me castigó y no puedo ayudarte. -Satoru río con burla.

-Que mentiroso eres, mamá te puso a lavar los trastes, no en ayudarme. - Geto suspiro, no le quedaba de otra que ayudarle.

Se levantó de la cama y se puso sus pantuflas de conejito que Yu le regalo.

-Vamos, que quiero ver como lloras cuando te pidan el cortejo. - Sagoru aventó a su amigo en forma de juego.

Fueron a la habitación del Omega peliblanco, la cual estaba desordenada.

-No crees que es muy temprano para que tu cuarto esté así.

-Solo es ropa, en un rato más la recojo toda y listo. - Suguru asintió no muy convencido.

-Bien, qué piensas...de...¿esto?. - Geto alzó una ceja.

-Claro, si planeas hacerlo tipo pijamada. - Gojo suspiro, no tenía la menor idea de que usar.

Tiró el pijama rosa pastel a la cama y se derrumbó en el sillón que tenía en su habitación.

-Ya, mira, no te estreses, porque no te das un baño y después miras lo que quieres ponerte. - Satoru asintió.

-Pero antes, recoge la ropa que tiraste. - Satoru miró con enojo a su amigo pero este ya está de salida.

-Maldito...

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-Ándale, eso si te queda. - Satoru modelo la ropa que llevaba puesta.

-¿Me veo bonito? - preguntó con un tono tierno.

Pero sólo causó asco y repulsión en Suguru.

-Bueno, presentable diría yo. - no alcanzo de esquivar el cojín que iba a su cara.

Satoru se bajó de su cama y corrió a abrazar a su amigo.

-Gracias, por soportarme y quererme tal como soy. - Suguru correspondió el abrazo y sonrió, era su amigo estaría para en la buenas y en las malas, como un esposo, pero sin sexo y esas cursilerias.

-Bueno, tú también me soportas y mucho. - Satoru asintió.

Se separaron del abrazo y se vieron a los ojos.

-Tu ojos son feo, no me mires. - el pelinegro tapó la cara de su amigo con su mano y lo separó de él.

-¡Aah!, mis ojos son hermosos. - Suguru asintió con burla y salió corriendo de ahí, seguido de Gojo.

Corrieron por todo el pasillo, llegando al jardín principal.

Satoru freno en seco al ver toda la decoración, había una mesa grande, con dos sillas en cada extremo, un banquete muy elaborado; había fruta, waffles, huevo con diferentes verduras, arroz y una infinidad de comida.

Pero el platillo principal se encontraba parado al lado de la mesa, con una sonrisa que lo hacía suspirar, un traje sastre de color negro, la camisa con dos botones sin abrochar y unas rosas en su mano izquierda.

-Te tardaste.

-Satoru es algo exagerado y me entretuvo. - el peliblanco miró indignado a esos dos, Suguru tenía todo planeado.

-Maldito...

Suguru sonrió divertido, Toji había hablado con él la noche que llegó tarde, le ayudó con su castigo a cambio de distraer y llevar a Satoru al jardín.

-Bueno, adiós. - se despidió con la mano y salió de ahí, no quería ver melosos a esos dos.

Satoru miró el jardín, estaba más decorado de lo normal, con flores de aquí por allá y globos, muchos globos.

-Te gusta, tu madre me dio permiso de hacerlo aquí. - se acercó a su Omega, quien se encontraba tieso en su lugar, no sabía cómo reaccionar.

Toji abrazó su cintura y lo atrajo hacia él.

-Te ves muy hermoso con este traje. - le dio una mirada coqueta, el traje de Satoru era de un rosa pastel llegando a lo blanco, con una flor blanca bordada en una de su muñeca.

-Gr-gracias... - su lengua se trabo un poco al hablar, no lo culpen estaba que se moría de los nervios.

No todos los días tienes a un sexy alfa a tus pies.

-¿Vamos?. - Satoru asintió.

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El desayuno se llevó relativamente tranquilo, Toji y él platicaron de diversas cosas, el pasado y lo que anhelaban en un futuro.

-¿Q-Quieres hijos?. - Satoru preguntó tímido.

-Si, pero en estos momentos tengo en mente a un Omega revoltoso. - Satoru asintió con una sonrisa tímida.

-¿Y tú?.

-Yo...yo si quiero, dos, una niña y un niño. - Toji sonrió.

-Te gusta el nombre de Megumi. - Satoru asintió.

-Se que es un nombre de niña, pero en un niño se escucha de maravilla. - Satoru miró con ternura, que él y su Alfa hablaran de una familia le llenaba el corazón de felicidad.

-Significa Bendición. - Toji asintió, su cachorro sería una bendición.

-¿Damos un paseo?.

-S-sí. - Dios que le pasaba, todo el desayuno estuvo nervioso, esperaba no vomitar de los nervios.

Se alejaron del jardín y caminaron por el camino de tierra, que guiaba hacia otro jardín.

Toji tomó la mano de Satoru, sentía sus nervios, era un día importante, él también estuvo nervioso, pero se tranquilizó al ver a su Omega.

-Tranquilo, tenemos todo el día.

-Lo siento, no quiero arruinar el momento. - Toji negó, le daba ternura verlo así, pero tenía que tranquilizarlo.

Llegaron al jardín, este era más grande y más oscuro, parecía de noche.

Se sentaron en una banca, Toji abrazó a Satoru, dándole seguridad y tranquilidad.

-Satoru, se que empezamos diferente a otras parejas, pero no dudes nunca de lo que siento por ti.

-Nunca, se que eres sincero y yo igual, deseo estar contigo, en todos los sentido.

Toji suspiro, era el momento.

Sacó una cajita de su saco, era pequeña.

-¿Me haría el honor de cortejarte? - abrió la cajita aterciopelada, revelando un anillo con un diamante azul incrustado en él.

-¡Sí!. - asintió entusiasmado, Toji sonrió, tomó la mano de su Omega y colocó el anillo en su dedo anular.

-Besame. - Toji agarró la cintura de su Omega y lo beso, él siempre acataba órdenes de su amado.

El beso fue lento, sintiendo el amor y cariño.

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Kiubo bandamax, ¿cómo andan?.

Tarde pero nunca.

Este capítulo me tomó dos intentos hacerlo, me quebré la cabeza y quemé mi neuronas, no soy nada romántico pero lo intente.

En los siguiente capítulos se sabrá de la pareja de Suguru, la niña hará travesuras y uno va a morir.

Pero no se preocupen, no será Nanami🤭

Bueno bye.

tomen agüita y bañense.

EL SEXY PROMETIDO DE GOJO-SAMA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora