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Capítulo 8

Chispa.

Las semanas pasaron y los chicos se volvían aún más cercanos, Alastor no había
aparecido desde hace bastante, aunque, el soberano sentía que no había algo bien.

Pero con Lilith cerca suyo se sentía seguro y a salvo, su relación había avanzado y Lucifer había mejorado, un poco, pero era un avance.

Los chicos se encontraban viendo una novela en le televisión bastante agustos, se reían con las tonterías que la novela decía. La tensión romántica había aumentado esas últimas semanas, Lucifer se había vuelto más abierto y ya tenía más confianza con la mujer lo que la facilitaba expresarse mejor.

-¿Lu, salimos un rato?- El hombre la miró con los ojos desbordando estrellas de la emoción, rápidamente asintió levantándose corriendo a su habitación listo para arreglarse, la mujer amaba que el hombre fuera tan aseado y vanidoso. Le encantaban los hombres vanidosos y sensibles.

Ella con un simple chasquido se arregló por completo quedao espectacular. Una hora, dos, y el joven simplemente no terminaba, desde la sala la mujer podía escuchar los gritos que pegaba el hombre por no poder encontrar un buen oufit. Hasta que escuchó un, -¡Al carajo, no voy a meet gala!- y salió del cuarto soltando un suspiro de ira.

La mujer despegó la vista de su celular pensando que encontraría en mismo oufit que normalmente el soberano llevaba, pero era diferente, el hombre llevaba una ropa oscura, llevaba un short negro, algo corto pero no mucho, y una camisa negra pegada que resaltaba su figura, y obvio, un bolso, se veía más femenino que nunca, y eso le encantaba a la mujer.

Se veía hermoso, se levantó y comenzó a caminar con el hombre hacia la puerta de su hogar, elogiando su bonita ropa.

Vagaron por los anillos criticando como viejas chismosas, se sentía felices y cómodos. Pero había algo que mantenía al soberano alerta, y era la presencia del cierto demonio de la radio que los seguía. Podía sentir la mirada del demonio sobre él, y eso lo inquietaba. La mujer se dio cuenta de esto así que algo preocupada preguntó al joven,
-Hey, Lu, haz estado...raro, ¿te sientes incómodo? ¿Deseas que regresemos a casa?- El hombre la miró saliendo de su trance y negó tratando de mostrarse tranquilo, aunque el sabía que no lograba convencer a la mujer.

Caminaron hasta llegar a un bosque, se adentraron en este encontrándose con un hermoso lago, rojizo pero cristalino. El hombre miró el lago sorprendido de ver unos patos, de un color dorado brillante, deslumbraba en el lugar. Volteó a ver a la mujer con emoción a lo cual la mujer comenzó a crear patos con su magia haciendo que esos volacen alrededor del joven, con una sonrisa el hombre comenzó a seguir con la vista a las lindas ilusiones.