Capítulo 14.

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¿En quién confiar?

La mirada expectante de aquella mujer lo atravesaba como lanzas celestiales, ¡su valor se habia marchado sin pena alguna! ¿Ahora que diría? Sus pensamientos previos sobre que decirle a la mujer alta que reposaba frente a el se había ido y habían sido reemplazados por angustia y nerviosismo.

Una batalla interna se formaba en su interior, a su vez la mujer frente a él lo miraba furtivamente, tenía varias dudas, ¿por qué aquel hombrecito había regresado a pesar de que él se había alejado? ¿Quería arreglar todo? Mientras más ascendía el silencio de Lucifer Lilith se ilusionaba más y más; su mente trataba de buscar más posibilidades pero solo veía las que consideraba buenas para ella.

Lucifer tomó aire, alzó nuevamente su mirada y la miró fijamente a los ojos, en sus pupilas rubíes se podía vislumbrar el nerviosismo y pesar de el soberano. —Yo quisiera que habláramos tus llamas incesantes.— Decretó logrando así que la rubia no pudiera objetar y lograr esquivar aquel desdichante tema.

Aquella sala era sofocante, cualquier podría entrar y morir lentamente ahogado por la tensión tan sofocante que yacía en el ambiente, el hombre miraba con seriedad a la mujer de cabellos dorados con un deje de tristeza; lilith solo bajaba la mirada avergonzada por todo lo que había cometido.

—Diré esto sin rodeos, no quiero volver a recibir ni una llamada tuya, Lilith. No quiero saber nada de ti, perdóname pero no, ya tengo suficiente con que cierta persona que sigo odiando me agobie todo el día. Así que porfavor, déjame en paz y no me vuelvas a llamar.— Dicho esto ambos seres se hundieron en un silencio sepulcral, con tristeza la mujer lo miró por última vez y extendió sus brazos acercándose lentamente hacia el hombre.

Comprendo, ¿me darías el regalo de un último abrazo?— preguntó suplicante.

Lucifer suspiro con agobio y con cierta incredulidad miró a la mujer, —Sinceramente considero que estás volviendo todo innecesariamente dramático, pero está bien, solo te pido que no trates de tergiversar el abrazo, ya sé como eres.— declaró con un deje se reclamo en la última frase.

Con cansancio se levantó y abrazó a la mujer siendo su calidez por última vez, podía escuchar a la perfección los sollozos de la mujer, el solo maldecía para que aquel abrazo diera fin en cualquier momento. Finalmente la más alta se separó del abrazo limpiando sus lágrimas amargamente, Lucifer dió una pequeña reverencia y salió de aquella mansión.

...

Mientras en la comodidad de su sala de estar tomaba aquel dorado y deslumbrante violín entre sus manos pálidas, el arco se paseaba por las finas cuerdas como el danzar del viento, Lucifer cada vez se introducía dentro de la iracunda melodía, una melodía que lograba sacar a flote cada pequeña emoción que lo atormentaba, liberándose del apogeo mental, giró sobre sus talones tocando con más rapidez, su corazón latía con fuerza apagándose más al violín.

★|°Rock rose°|★ [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora