Capítulo 10

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                                                               Mar que ahoga.

El plano espacial inundaba sus ojos, colores violetas, rosados y azules, que vista tan espectacular. Caminó sobre el agua dorada, buscó con su vista una forma de explicación de que sucedía.

Visualizó una bola roja enfrente suyo, sus hermosas alas salieron a la luz y se dirigió a ella con cansancio, dentro de esta yacía un hombre en posición fetal, esas orejas, esos cuernos y ese rostro tan perturbante pero hermoso. Intentó romper la bola pero siempre no podía, con desesperación aruñó la bola cayendo rendido sobre el agua, ahogándose en esta, podía ver la luz reflejada en el agua. Hermosamente doloroso.

Se despertó en un lugar totalmente diferente, un desierto lleno de fuego y almas suplicando su propia muerte y así, el fin de su tortuosa vida en el infierno.

Unas grandes escaleras doradas que lo conducían a su palacio aparecieron, subió por estas mientras a su alrededor escuchaba las voz de todos sus seres amado criticándolo.

Se paró en seco al escuchar esa voz, suave pero firme.
Su creador, su padre.

Atemorizado volteó su rostro viendo como su mismísimo creador lo veía con tristeza y decepción. Un fuerte dolor inundó su cuerpo, flotando en el aire regresó al primer escenario, con el diminuto cambio de los planetas a su alrededor, quebrados y algunos hechos trizas.

Sus alas se despegaron convirtiéndose en un rojo oscuro lleno de sangre y dolor, su iris hacia lo mismo, su sangre ya no era del todo dorada, ahora era un dorado opaco, cuernos mancillaban su piel, atravesándola para poder relucirse. Su creador lo soltó y entonces Lucifer se protegió a mismo con sus alas, con su último aliento volteó a ver a su padre con una mirada de odio y resentimiento, pero en el fondo, tristeza.

Despertó agitado en su cama, todo a su alrededor cuidadosamente limpio y arreglado, ¿el había hecho eso? No lo sabía, giró su cabeza con desinterés. Se levantó observando las botellas de alcohol en el bote de basura junto con algunos residuos de las drogas que había consumido. En su vida volvía a consumir drogas, eran lo peor.

Con dolor de cabeza se dirigió a su cocina, mientras más se acercaba podía escuchar el sonido de algo siendo cocinado, y un olor a carne exquisito. Cuando entró encontró para su desgracia a un hombre ciervo cocinando, estaba por atacar hasta que una mujer con vestimentas elegantes y antiguas intervino y lo tranquilizó. "Bien, ¡que día de mierda!" Pensó el hombre, la mujer con algo de hartazgo lo guió fuera de la cocina a un ,igar apartado, dándole un fuerte abrazo al hombre, sabía que lo necesitaba.

Luci, perdóname por haberlo traído, pero el idiota no dejaba de insistir con que quiere arreglar todo y esas estupideces, perdón Luci, solo, deja que el haga su discurso y hablen en paz, cuando suceda eso me lo llevaré en paz.— Lucifer alzó la mirada con una expresión entre indignación y fastidio.

★|°Rock rose°|★ [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora