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|HANGE|
Nunca fui fan del cigarrillo.
Odiaba su olor y sabor, no comprendía por qué la gente se volvía tan adicta a algo tan asqueroso.
Pero una por amor, hace lo que sea...
Y cuando noté que Levi cortaba nuestras conversaciones a la mitad solo para salir a fumar un cigarrillo al patio de la escuela, supe que tenía que hacer algo.
Grave error.
—¿Puedes darme uno?— Pregunté tan pronto como lo vi sacar la caja de su bolsillo.
—¿Desde cuándo fumas?
—Solo quiero probarlo.
—No va a gustarte— Dijo mientras sacaba un cigarrillo y extendía su mano para entregármelo.
—Gracias— Pero tan pronto como lo llevé a mi boca supe que tenía razón.
Tosí un par de veces cuando aspiré el tabaco mientras el azabache se reía suavemente de mis patéticos intentos de fumar.
—Te lo dije— Sé llevó uno a la boca y lo tomó como si no fuera nada, no hizo ningún gesto de asco o disgusto.
Odiaba que me hubiera visto de esa forma, pero al menos fue la primera vez que no se alejó de mí para fumar. Lo tomé como un avance.
Levi me ha gustado desde que íbamos en secundaria, pero nunca me correspondió. Siempre se vio atraído por las chicas delgadas, rubias y hegemónicas, sin embargo, yo no estaba en ese grupo.
Todo el tiempo tenía que escuchar sus historias acerca de cómo se llevaba a varias mujeres a la habitación, todas igual de bonitas, y me aguantaba las ganas de llorar cuando explicaba detalladamente el tamaño de sus pechos, lo pequeña que era su nariz o lo atractivos que eran sus ojos color azul. Se me hacía un nudo en la garganta con cada palabra que pronunciaba sobre ellas.
No era muy especial para él, me lo dejó en claro todas esas veces que me abandonaba solo para ir a fiestas con sus amigos o cuando se "quedaba dormido" tan pronto como le habla sobre las cosas que me entusiasmaban por mensaje.
—Voy a fumar— Dijo poniéndose de pie y dirigiéndose al balcón.
—Te acompaño— Lo seguí hasta aquel lugar y saqué mi propia caja de cigarrillo de mi bolso junto con un encendedor verde.
El azabache abrió los ojos cuando lo puse sobre mis labios y lo inhalé, dejando que el humo se escape por mi boca. Estuve practicando desde la última vez que fumé uno, solo para impresionarlo, y parece que lo logré.
Pero ni siquiera habiendo sacrificado mis pulmones sanos, logré conquistarlo, Levi seguía y seguía saliendo con chicas guapas de nuestra escuela, con todas menos conmigo...
