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20 de Mayo de 2018
|HANGE|
Luego de la increíble presentación de Levi en el ParaKiss, hemos tenido una gran subida de oyentes en Spotify y otras plataformas. Claro que aún no es un cantante famoso, pero todo está saliendo muy bien, me siento orgullosa de lo que hemos logrado.
Gracias a sus constantes esfuerzos por mejorar su voz, mis noches sin dormir y las amenazas de Annie hacia Levi para que continúe practicando, por fin nos posicionamos entre los artistas conocidos. Estamos avanzando mucho.
Siempre supe que Levi tenía un gran potencial, su show en el ParaKiss me lo confirmó una vez más, pero nunca imaginaría que algo como esto sucediera.
Corrí hacia el departamento de Levi como a las dos de la mañana solo para contarle las buenas noticias. Los de seguridad ya me conocen, me dejaron entrar a pesar de la hora y usé la copia de la llave que robé de su bolsillo.
—¡Levi!
Lo llamé a gritos para despertarlo.
Su ciclo de sueño había sido terrible estos últimos días, no podía dormir pensando en lo que sucedió.
Aún no entendemos lo que le pasa. Dice que de pronto le vinieron unos recuerdos horribles que no quiere tener. Tal vez es por eso que un día simplemente dejó de ser él mismo. Este nuevo Levi se sentía vacío al principio, pero Annie y yo nos acostumbramos a que no sea un patán, era agradable. Nunca hubiera imaginado que su anterior vida lo estuviera atormentando en el presente.
Levi no quiere decirme que le pasa, no quiere contarme que es lo que recuerda. Me llama a las tres de la mañana desesperado, con la voz entrecortada, pidiendo disculpas por sus acciones del pasado. No puedo describirlo, es horrible escucharlo así.
¿Dónde está mi Levi de siempre? El que podía dormir tranquilo y sin llorar, el que aún se sentía apasionado por su música.
Lo extraño...
Pero hasta que no consigamos un psicólogo nunca vamos a saber que es lo que realmente sucedió.
—¿Levi? ¿Estás en casa?
Ahora comenzaba a preocuparme.
No lo encontré tirado en su sofá o fumando en el balcón, ¿dónde estaba? Se tardó mucho en responderme o regañarme por entrar sin permiso a su casa.
De pronto, una pequeña chispa se encendió dentro de mí, ya lo entendía todo. ¡Levi estaba durmiendo al fin! Después de tantos días mi pequeño pendejo pudo pegar el ojo.
Fui corriendo a su habitación esperando encontrarlo con el cuerpo en la cama y escuchar sus suaves ronquidos mientras me sentía orgullosa de él por estar avanzando incluso sin ayuda psicológica.
