Luciana camina de manera distraída por los pasillos del instituto, las cosas no podían ir mejor entre ella y Juan. Cada momento se sentía más unida a él, más apegada, mas aferrada, mas atada a ese sentimiento imposible que invade su pecho cada vez que lo recuerda, que recuerda cada momento a su lado.
Su distracción está basada en una cosa, no sabe que es lo que exactamente sucedería entre ellos. Él había sido claro y especifico con ella, quería ir poco a poco, dándole tiempo al tiempo viendo cómo se tornaba toda su supuesta relación, como se compaginaban y si en verdad llegaba a suceder algo entre ellos.
Pero...
Siempre existe un pero en toda historia.
Ella ya estaba vinculada a él, ya sentía algo por él y eso era irreversible.
Ya es tarde... muy tarde. Pensó para sí misma.
No sabía qué hacer con tantas cosas en su mente; uno sus planes de compromiso seguían al pie de la letra tal como iba, dos Juan continuaba casado y jamás dejaría su esposa por ella y tres, ella estaba perdida por él... perdidamente enamorada por ese hombre de ojos preciosos que la embelesen.
Eso era estúpido e irrazonable a cualquier mentalidad o racionalidad de una persona con sus cinco sentidos ¿Cómo podía estar ella enamorada de él en tan solo un mes y medio de tener una relación?
Muy fácil...
Él y sus palabras...
Él y sus detalles cuando estaban juntos...
Sus caricias...
Sus besos...
Sus ojos...
Esos ojos que se habían vuelto su debilidad
Jamás en su vida se había sentido tan compaginada y complementada con alguien pero siempre existía una primera vez entonces entendió que él era la excepción.
Bien se dice que cuando alguien te toca el corazón no tiene nada que ver con el tiempo, te puede llenar más una persona en un mes que otra en un año y en su caso ese refrán se daba a la perfección, con Juan encontró la compenetración que con Matt nunca había hallado y eso es lo que la tenía enloquecidamente atraída y perdida por Juan.
Atraída, enloquecida y enamorada...
Muerde su labio inferior tratando de hallar una solución, pero dando vueltas a su pensar no llegaba a ninguna conclusión. Ninguna alternativa y posible para ella, ella quería estar con él siempre en todo momento y seguramente él no pensaba igual que ella.
Llega hasta la entrada de su oficina y un par de voces familiares para ella hacen que se quede quieta allí escuchando.
-¿en serio te gusta?-la voz Carlos llega a sus oídos.
-demasiado, me tiene loco-admite el susodicho. Ella sonríe. Al menos le gusta.
-pero ¿no sientes nada al pensar que va a casarse?-esa pregunta llama su atención, juan mira fijamente a su amigo se habían encontrado en el pasillo y decidieron hablar un poco en privado. La pregunta retumba en su cabeza una y otra vez.
Quizás el imaginar a otro hombre tocando ese cuerpo que casi es suyo y que técnicamente es suyo no le agradaba.
-no me agrada la idea pero yo fui sincero con ella.-hace una pausa-además aunque se case ella siempre seguirá estando conmigo, porque seré yo el primero que este con ella.
La respuesta carente de tacto hace que Luciana se tense. ¿Solo eso pensaba él? ¿Solo pensaba en acostarse con ella y nada más?
-suenas muy seguro de ello-sentencia Carlos. Se muestra serio, le había tomado mucho cariño a Luciana y no quería que su amigo jugase con ella.
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Prohibido Amarte.
RomanceDicen que, existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar, circunstancia o situación. Ese hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar pero nunca, jamas se romperá. Cuenta la...