Luciana abre la puerta principal de su casa, se le había hecho tarde muy tarde. Observa su celular eran las 11:00 pm de la noche desde las 2:00 pm que había salido de su casa, ni siquiera tenía una justificación o excusa barata para decirle a sus padres por su ausencia, el tiempo se le había hecho eterno junto a Juan... sonríe al solo recordar su nombre, no sabía exactamente cuántas veces habían hecho el amor, tampoco fueron conscientes del tiempo que pasaron juntos hasta que por curiosidad ella decidió mirar su celular cayendo en la cruel realidad de que ambos debían volver a sus respectivos hogares.
-no puede ser...son las 10 de la noche.-dice Luciana mientras mira su celular con asombro, no había informado que saldría de casa así que seguramente sus padres debían tener un lio formado.
-¿pasa algo?-pregunta Juan al ver la cara de nerviosismo que ella había puesto mientras miraba su celular y enviaba un texto.
-todo bien...solo que quizás mis padres me mataran-responde en tono de broma. Él sonríe mientras la atrae hacia su cuerpo aun desnudo depositando un beso sobre sus labios, ella gustosa le responde.
-debemos regresar.-anuncia mientras en su voz es notable el desconsuelo y la tristeza.
-lo sé...
-no quiero regresar sin ti.-susurra ella dando otro beso en esos labios tan aditivos para ella.
-también lo se.-dice mientras acaricia su cabello-pero tenemos que volver a nuestras casas.
-supongo.-susurra con desgano mientras aparta su mirada de la azul de él.
-créeme que si por mi fuera estuviéramos juntos siempre, preciosa-dice-pero por ahora todo debe ser así.-explica con voz suave.
-si tú lo dices-es la respuesta que ella da con un toque indiferente y decaído. Odiaba cuando él hablaba así, le quitaba cualquier esperanza y eso era lo que ella necesitaba, tan solo un aliento de fortaleza, de esperanza que le diese a entender que en algún instante ellos estarían como ella deseaba, como ella quería, como ella anhelaba...
-no estés así por favor-dice mientras la toma por su barbilla- te adoro demasiado, eres mi adoración Luciana. Eso nada ni nadie lo cambiara y yo tengo fe de que en algún momento estaremos como ambos queremos.-sus palabras la tocan haciendo que ella lo mire fijamente, él sabía perfectamente lo que ella sentía así que se encargaría de hacerle saber que él a su manera también estaba sintiendo lo mismo por ella, quería tenerla su lado, estar cerca de ella, besarla, acariciarla, demostrarle lo que ella ocasionaba en él cada vez que estaban juntos.
-te adoro-responde suavemente queriendo decirle otra frase, palabra que prefirió dejar que muriera en su garganta ya que no quería arruinar el momento. Observa como él se levanta mientras se dispone a buscar su ropa, pudo detallar entonces su amplia espalda cuidada, tan suave como la piel de un bebe; no pudo evitar sonreír sus redondeadas nalgas blancas, era tan varonil.
¡Le encantaba demasiado!
Sin perder de vista sus movimientos noto como se colocaba su prenda interior, luego sus jeans y de ultimo su chemise.
-¿disfrutando de la vista?-le dice él en tono seductor. Pillada en fraganti siente como sus mejillas se sonrojan, había sido un poco descuidada, opta por no decir nada mientras busca su ropa para vestirse, toma la sábana blanca y la enrolla alrededor de su cuerpo busca insistentemente pero no encuentra su ropa interior por ningún lado, escucha un carraspeo fija sus orbes cafés sobre Juan quien la mira de forma burlona mientras en su mano tiene su prenda interior.-quiero ponértela yo.-informa acercándose a ella, siente como su corazón late con fuerza ¿Por qué tenía ese efecto sobre ella? Hacerla sentir tan diminuta cada vez que decía algún comentario inoportuno.
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Prohibido Amarte.
RomanceDicen que, existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar, circunstancia o situación. Ese hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar pero nunca, jamas se romperá. Cuenta la...