Parte 4 suave roce

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Un nuevo día había llegado y con él una nueva actitud en Luciana. Apenas había podido procesar lo que le había confesado a Juan el día anterior, él le había escrito para saber de ella para hablar y tratar de aclarar todo. Pero sencillamente no había nada que aclarar.

Ella había actuado quizás de la manera equivocada, pero sencillamente no podía disimular el sentimiento que la había invadido.

Aun recordaba un mensaje en específico, que le había escrito

-¿aun estas molesta?

-¿te importa?-pregunta ella.

-más de lo que imaginas-le respondió y eso fue suficiente para ella, fue suficiente para tratar de entender que quizás para él ella era importante o al menos eso quiso imaginarse en lo más profundo de su ser.

Incluso recuerda la nota de voz que le había enviado en la cual le decía que él no había hecho nada, le había dicho que ella era testadura. No pudo evitar sonreír. Si, ella muy bien sabía que es muy obstinada cuando se lo propone.

Como todos los días y como ya le era habitual desde hace unas semanas estaba en la estación del bus esperando para ir al trabajo, ansiosa anhelaba ver a Juan su charla no había sido muy amena y fluida el día anterior pero hoy se sentía tranquila, relajada y con ganas de volver a ser quien ella es. Observa la vía por la que él siempre llega pero no hay señales, se entretuvo con una maestra hablando de un niño el cual le estaba diciendo para tratar así que dio la espalda a la vía

De la nada escucha su voz.

-buenos días-saluda en general a los presentes, ella gira levemente su cabeza para observarlo entonces noto que estaba serio, muy poco habitual en él.

-buenos días-contesta ella y los presentes, pensó por un momento que él se quedaría allí con ella a su lado, pero se equivoca. Él se retira de ella y toma asiento unos centímetros distantes, no puede evitar observarlo y preguntarse ¿Qué le sucede? Él no es así, quizás y muy probable algo de lo que dijo ayer no le había agradado.

Siente una opresión en el pecho. ¿Por qué él le había sentir de esa manera?

No se acercó a él prefirió quedarse allí quieta, distante, observando y analizando la situación que se presentaba entre ellos dos la cual era un total desconcierto. El autobús llega y todos los presentes se suben en él, media hora de viaje él no se había ni sentado a su lado, de hecho ninguno de los dos se inmuto siquiera a estar cerca del otro.

Ambos se estaban ignorando olímpicamente de la forma más simple posible.

Llegan al instituto, cada uno centrado en sus pensamientos. Todos empiezan a bajar del autobús con calma, Luciana es una de las ultimas e bajar, cuando está en la puerta por bajar la rampa que va conectada al autobús resbala espera quizás el golpe en vano que nunca llega, juan quien predijo lo que sucedería la halo hacia su cuerpo antes de que le sucediese algo a esa chica, entonces ambos notaron que estaban cerca.

Relativamente muy cerca.

Él la tiene tomada por su cintura, se había percatado que ella es chiquita y diminuta ante su estatura, su mano aun esta alrededor de su pequeña cintura siente algo en su interior al tenerla así. Nota como ella lo mira fijamente sus ojos cafés vacilan y viajan de sus ojos azules a sus labios rosas mientras el también hace lo mismo.

Debilidad revelada...

Ella siente como su cuerpo se tensa, está nerviosa y su corazón late con frenesí. El tiempo se detiene tan solo unos segundos admirando esos ojos tan hermosos que él tiene, esa mirada y esos labios tan rojos y carnosos que incitan a ser probados.

Prohibido Amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora