07: Una Kim

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Kyungsoo no se caracterizaba por ser un cobarde, mucho menos de temer ante un alfa. Pero cuando jongin termino contándole sobre el propósito un loco asesino de omegas, y que casualmente se encargaba de robarle la vida a los que habían sido rechazados por un alfa. ¿Quién podría mentir? Y decir que no le afectaba en lo más mínimo.

Un aire de inseguridad lo baño, tomando a Nayeon con fuerza cuando el pelinegro entrelazo sus dedos con los suyos y lo arrastro fuera del trabajo. No se quejó, no lucho con soltarse. Mucho menos se cuestionó porque todo se removía en su interior cuando jongin demostraba ese irremediable interés en él.

Ahora se encontraba en la casa, casa que ahora parecía mucho más hogareña de lo que era antes de la llegada del alfa. Casa de la cual un aroma más fuerte y dominante había tomado posesión, un aroma que afirmaba que un alfa protegía esas paredes.

Jongin rodaba los ojos mientras bufaba molesto con su celular en la oreja. Habían llegado, y se mantenían juntos, jongin se había sentado en la mesa de la cocina mientras le marcaba a su madre, kyungsoo con tantos pensamientos en su mente estaba sentado a su lado. Perdido en las posibilidades de terminar siendo uno de los nombres en la lista de víctimas.

--¡Mama! --El de ojos azules bufo estresado mientras soltaba la mano de kyungsoo para masajear su cien cansado-- ¿Puedes escucharme?

--Bebe, sabes que mami siempre te da atención. Pero ahorita estoy muy ocupada corazón --Se escuchó una voz femenina que hizo a kyungsoo mirar al pelinegro al que llamaban "Bebe" y sonrió.

--Escúchame. Es importante --Gruño a través de la línea.

--¡Kim Jonginnie! --Gruño la mujer siendo escuchada por el castaño-- Soy tu madre, mocoso. No me gruñas, no te enseñe eso. Eres un cavernícola, hijo--

--Mama, sal de la ciudad, ve a visitar a la tía Mayoung a Seúl. --Kim soltó, siendo regañado por su madre quien para su propio pesar parecía ser menos madura que si mismo--

--Cariño. --Sentencio la mujer al otro lado-- Si crees que le tengo miedo a un estúpido alfa con aires de diosa luna, que puede juzgar a lo desquiciado. Te equivocaste de omega.

Kyungsoo escucho aquello y lo hizo sonreír, no creyó escuchar a alguien que pensara como el, o siquiera dudara en hablarle así a un alfa. Le agrado no pudo evitarlo. Jongin en cambio rodo los ojos conociendo lo testaruda que podía ser su madre, y en que debería convencerla de alguna forma.

--Papa~ --Nayeon tomo los cabellos de jongin cansada, queriendo que el pelinegro la levantara para dormir en el pecho del alfa, como usualmente le dejaba hacer.

--Bebe, ahora no... ¿Vale? --jongin golpeteo con su dedo índice la naricita de la niña y esta soltó una risilla.

No había mucho que explicar sobre la escena, no solo kyungsoo se había quedado jodidamente tenso en un modo estatua al verlo así. No solo por su accionar, sino porque acababa de oír como el alfa llamaba "Bebe" a su cachorra. Pero sorprendentemente no había sido el único en oír aquello, sino cierta pelinegra a través de la línea.

--¿Papa? -- Escucho la voz de su madre preguntar, sin el tono anterior, dura, fría, calculadora. Kim entendió su lugar ahora.

Kyungsoo sintió la voz de la mujer dura, y un escalofrió la recorrió por completo. ¿Por qué le importaba? Se preguntó, ¿Por qué obtener la aprobación de la madre de jongin lo asustaba? Se sintió como si hubiera hecho algo malo, como si esa Omega lo odiara por dejar que su hijo terminara con un omega rechazado, llamando a los cachorros de alguien más. Se sintió sin aire con solo pensar a la mujer gruñirle y pidiéndole que se alejara de su hijo.

Un alfa para, ¡Papá!  | KAISOO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora