La sala de estar en la casa de los Kim estaba patas para arriba. Juntar a los cachorros era algo que jongdae jamás se pudo imaginar, no cuando su hija de cinco años parecía estar potenciada por la presencia de los demás niños.
Hyorin era una niña tranquila, siempre se la pasaba siendo demasiado introvertida, incluso su padre la veía llorar cuando hacía algo mal. Pero desde que los hijos de kyungsoo pisaron la casa y convencieron a la niña de jugar a las escondidas, jongdae tuvo que correr tras su hija mientras las cosas se rompían tras sus pasos.
Estaba cansado, y aun no tenía idea de cómo iba a explicarle a kyungsoo que la foto familiar del pasillo estaba destrozada, sabía que lo culparía a él.
--¿Qué haces? --jongdae pregunto mientras el pelinegro suspiraba en su teléfono
El peligris se dejó caer en uno de los sillones a un lado de jongin bufando cansado de corretear por detrás de un infante.
--Contrate una agencia de seguridad --Informo dejando el celular para mirar a su amigo-- Están instalando cámaras y alarma en la casa de kyungsoo, me llamaron para avisarme que está listo-- Informo el menor
Jongdae volteo a ver a jongin con ojos abiertos, entendió el hecho de que el pelinegro estuviera preocupado por su nueva familia, pero era raro que el tomara medidas como esas, el alfa siempre se había creído invencible.
--¿Sucedió algo?
Si, habían sucedido muchas cosas, cosas que jongin no podía explicarle a su amigo. Cosas como, marcas de aroma en los alrededores de la casa, un fuerte aroma a roble que podía descifrar como de alfa muy fácilmente por su rango.
¿Cómo podría explicarle a jongdae que podía sentir aromas que otros alfas no, no sin dejar en evidencia su rango.
El alfa soltó todo el aire de sus pulmones para hacer su cabello azabache hacia atrás, aun sentado en aquel sillón individual diviso a su omega en la cocina.
--Nada fuera de lo normal, tranquilo --Sonrió el alfa viendo a su amigo quien asintió poco convencido
Volteó la vista una vez más al ver a kyungsoo sentado en uno de los taburetes de la cocina. Devorando un pastelito mientras minseok hablaba, y hablaba feliz al cocinar, eso era lo que quería proteger, la aceptación de su amigo era algo que no podía perder, ni el cariño de kyungsoo.
Podía fingir ser un alfa común el resto de su vida, no había problema, lo había hecho hasta ahora, pero, se sentía mal, ocultarle algo a kyungsoo se sentía fatal. Jongdae le lanzo con un almidoncillo del sofá en contra del rosto del pelinegro quien se llevó el golpe de sopetón.
--¿Qué haces?
--Me da asco --Hizo una mueca de repulsión con gracia—Kim Jongin enamorado hasta la medula de un omega --Rio el alfa mayor sin poder creerlo
--Ya déjalo --Gruño el alfa volviendo a ver al omega
--Esa no es la mejor parte --Rio más el mayor-- Kim odio a los niños Jongin, ahora es Kim papá luchón Jongin
--¡Ya! --Se quejó el alfa saliendo de la sala
En el comedor se encontró a su madre y a la cachorra. Una en frente de la otra viéndose fijamente a los ojos, su madre con el mentón levantado y la cachorra con los bracitos cruzados.
--Podemos llevarnos bien --Informo la adulta viendo a la niña
--No --Respondió la menor sorprendiendo a jongin de lo bien que manejaba el habla de pronto, ¿y su bebita pequeña donde estaba?
--Aish, mocosa mimada --La mujer saco su bolso y conto los billetes-- cinco dólares
La niña negó.
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Un alfa para, ¡Papá! | KAISOO |
FanfictionKyungsoo se muda para comenzar de nuevo junto a sus hijos, pero el comienzo se ve afectado cuando estos incendian por accidente la casa del vecino, quien es un alfa gruñón y odia a los niños. El alfa termina viviendo junto a los niños y su padre ome...