🦋 06: El Deja Vu Más Bonito.

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Los días en la mansión de la familia Park habían sido muy extraños a decir verdad. Después de la fiesta de aquella noche, el omega de la familia había estado indispuesto durante tres días en los que sólo el médico familiar Kim Seokjin, -un omega respetable y que llevaba años con ellos-, se encargó de cuidarlo. Jimin había experimentado de todo, calor, espasmos, pinchazos de dolor, fiebre, angustia, etcétera. Jin tuvo que ayudarlo a tomar duchas frías, a tomarse los supresores y a comer fruta congelada porque no había otra cosa que pudiera ingerir.

Afortunadamente ya había finalizado y sólo quedaba el mal sabor de boca. Jimin seguía en la cama esa mañana porque su alarma todavía no sonaba, pero sus ojos estaban bien abiertos mientras muchas imágenes se repetían sin parar frente a ellos. La expresión adolorida de Jungkook cuando lo dejó ahí, en aquel baño todavía le hacía sentir que el corazón se le podría romper en mil pedazos. Su lobo que no había dejado de hacer acto de presencia desde entonces, estaba furioso con él y con sus acciones.

Él no se había dado cuenta de que estaba apretando las sábanas entre sus dedos con fuerza hasta que su puerta fue tocada y su cachorro asomó la cabeza por el hueco que se formó al abrirla. Al verlo despierto, el menor sonrió.

—Mami, estaba preocupado por ti —hizo un puchero sin saber si podía entrar. —Tío Yoongi me dijo que estabas enfermo y me asusté...

Al ver como sus ojos se llenaban de lágrimas Jimin quiso darse de golpes contra la pared. Rápidamente negó y se sentó en la cama abriendo los brazos. Su pequeño alfa cerró la puerta y prácticamente corrió y de un salto se metió entre ellos. El omega cerró los ojos sin poder deshacerse de la angustia que sentía en el corazón.

—Lo lamento mucho, pollito —musitó contra sus cabellos con aroma a jengibre. —Ahora estoy bien, ¿tú estás bien?

Jimin sintió sus ojos inundarse de lágrimas al sentir como su cachorro sollozaba un poco antes de asentir contra su pecho. No quería llorar frente a él. Suficientemente malo ya había sido de madre esos días estando ausente.

—Soobin debe cuidar de mamá —murmuró de pronto su hijo alzando la cabeza y mirándolo con los ojos llenos de lágrimas y la nariz roja por el llanto. —Soy un alfa y es mi deber, porque mamá no tiene alfa.

Jimin apretó los labios ante esa afirmación. La culpa que siempre parecía querer comerse sus entrañas apareció y con más fuerza que nunca. Jungkook estaba fuera y él le había ocultado por cinco años la existencia de su hijo. Su lobo se encogió de tristeza al pensar en lo que podría ocurrir si el alfa llegaba a enterarse de eso. Seguramente terminaría oidiándolo por toda su vida, o...

Mierda, ¿y si Jungkook se enojaba tanto con él que le pedía la custodia completa de Soobin?

Jimin sintió náuseas de sólo pensarlo, la idea de que lo apartaran de su hijo para siempre le parecía agonizante. Era su única razón para vivir, sin él nada de lo que hacía a diario tendría sentido. Sin ese bonito alfa cachorro, él simplemente moriría.

—Mami, no llores, Soobin te cuida —murmuró con su vocecita adorable mientras limpiaba sus mejillas.

Jimin parpadeó y luego sonrió negando. Volvió a apretar a su hijo entre sus brazos haciéndolo reír y luego le hizo cosquillas en la espalda hasta tenerlo acostado sobre su regazo.

—Yo sé que serás un alfa asombroso, cariño, pero no te preocupes por mamá —le dijo con una sonrisa. —Mamá te tiene que cuidar a ti.

El cachorro asintió y entonces su alarma sonó al fin. Ambos se miraron antes de suspirar, el omega sonrió divertido.

—¿Por qué suspiras como un pequeño señorito?

—Esque Chae me dejó matéticas de nuevo —Jimin se rió mientras apagaba la alarma, tal parecía que esa palabra sería la última que su hijo dijera bien.

Butterfly Effect 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora