Butterfly Effect 𐦍 KookMin 「Omegaverse」

🦋 11: Hipocresía, Un Gran Defecto.

Durante todo el año, las reuniones entre las principales autoridades de cada clan, eran muy escasas. De hecho, sólo se hacían dos, la fiesta donde todos "convivían de manera pacífica para demostrar que entre clanes hay paz", y una junta técnica donde se tenían que reunir para dar sus informes de "gobierno". Además, en esa junta se trataban temas como las amenazas de los clanes de otros países, clanes que siempre trataban de adjudicarse territorio extra y mismos con los que el Clan del Sol y el Clan de La Luna llevaban peleando por años.

No había una razón en particular, nunca faltaba alguien que estuviera enfermo de poder y que quisiera más, por eso todos los países defendían su territorio a pesar de que dentro del mismo siempre había lucha también.

En la opinión de Jimin, era sólo hipocresía en su máximo esplendor. Pero de todas formas debían ser diplomáticos para mantener las cosas fluyendo sin más conflicto del necesario.

Por esa razón se la había pasado estudiando sin parar todos los días antes de la junta. Había compartido una parte de los datos con Namjoon, quien era el que iba a ir con él. Justo en ese momento estaba sentado a su lado, estaban tomando el desayuno en una cafetería cercana a donde sería el lugar de la junta.

Jimin bebió de manera distraída un sorbo de café y después frunció los labios. Odiaba el sabor y a veces el aroma de esa bebida, pero debía tomarlo de vez en cuando porque no podía permitirse dormir en el trabajo. Sintió una mirada encima y alzó la propia para toparse la del alfa, este sonreía de lado.

—¿Qué? —preguntó el confundido. —¿Tengo algo en la cara?

—No, es sólo que recuerdo perfectamente la primera vez que te bebiste un vaso de café porque tenías exámenes en la universidad —sonrió el hombre. —Siempre dijiste que sabía asqueroso y parece que lo sigues pensando.

—Siento que sólo lo disfrutan personas con un amplio sentido del gusto, quizás eso me falta —sonrió también levemente, el alfa se puso serio en ese momento.

—Te debo una disculpa, Jimin, siempre he tenido prejuicios en contra tuya.

—Pero me has defendido cuando es necesario también, no tengo nada que perdonarte.

—Esque comencé a admirarte hace un tiempo —le dijo bebiendo de su propio vaso de café. —Siempre creí que los omegas eran demasiado emocionales, tu padre y yo sabíamos que te veías con Jeon y siempre le dije que te lo prohibiera. Cuando Jihyun te dejó tener a tu cachorro, sentí que era algo ridículo. Incluso llegué a pensar que jamás ibas a poder dirigir al clan con lo sentimental que eras —confesó, Jimin sabía perfectamente lo que Namjoon pensaba de él antes por eso no se inmutó, es más, creyó que jamás hablarían de eso. —Pero ahora que te estoy viendo, preparado para ir a patearle el trasero a Jeon Baekho, y que sé que le quitaras una buena parte de su clan, no me queda más que ofrecerte mis más sinceras disculpas, porque fui preojuicioso y estúpido contigo.

El omega sonrió y asintió.

—No eres el único que pensaría eso, Nam, mi padre se pasó de buena gente —se encogió de hombros. —En el fondo yo también quería que fuera más duro conmigo, pero no lo fue y ahora yo tengo que dar lo mejor de mi para recompensarlo. Y si tú me ayudas, seré feliz y te perdonaré.

—¿Sólo si te ayudo? —cuestionó divertido el alfa.

—Bueno, de alguna manera tenemos que enmendar los errores —asintió.

Ambos sonrieron cómplices, pues sabían la verdad sobre Jeon Baekho y sobre lo que ocurriría si Jimin tenía un enfrentamiento directo con ese hombre, por eso Namjoon decidió estar alerta. 

Nada podía salir mal.

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Cuando entraron a la sala, había poca gente, aún era temprano. Saludaron con una corta reverencia y se sentaron en donde correspondía. Al haber sólo dos líderes de alto rango, la mesa era alargada y los de menor influencia se sentaban a los costados. Jimin, totalmente nervioso, se sentó en una de las sillas de los extremos acomodando sus papeles. No era la primera vez que asistía a una de esas reuniones, ya había ido a algunas con su padre, pero ahora él no estaba y todas las miradas de la gente que iba llegando se posaban inevitablemente sobre él.