D es un adolescente prodigio en su escuela, un chico correcto y muy dedicado a lo que hace, especialmente a su pasión frustrada: la escritura. Sin embargo, nada es realmente perfecto y D guarda un par de secretos, «más bien bastantes». Está enamorad...
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El mundo por fin me da un poco de esperanza para creer que no me odia, o bueno, así lo asumo a lo que está pasando actualmente.
Gracias universo, por fin una a mi favor.
Esta semana no he tenido que asistir a clase, ya que los profesores iniciaron una campaña de protestas por falta de garantías para la pensión y salud. Ellos han estado haciendo manifestaciones pacíficas, y huelgas frente a los edificios administrativos.
Eso ha hecho que el colegio mande a la casa a todos los estudiantes, y esto de cierto modo afecta mucho en lo académico, porque no solo perdemos clase, sino que tenemos que reajustar el calendario académico, obligándonos a ver lo de días de clase en cuestión de horas.
Aun así, agradezco que no tenga que salir de mi casa, pues mi cara lleva casi cuatro días inflamada por la golpiza que me dieron. Mi pómulo se reventó y ahora me adorna una bonita cicatriz a mi costado izquierdo, y como si fuese poco, parezco una papa.
Así es, deforme.
Tengo moretones por varias partes de mi cuerpo y cara, mi madre me ha estado haciendo remedios naturales para bajar la hinchazón, y han funcionado muy bien, lo cual me ha aliviado, porque no quiero que la gente se entere del incidente en casa de F.
Hablando de eso, no denuncie. Tuve la oportunidad de hablar con Angela quien me visitó el mismo día de la pelea, y me suplicó que no denunciara. Le dije que no lo haría, que entendía el enojo de él y que si de mí dependiera él tendría justicia, pero que buscara la manera de superar su situación, guardar odio y rencor no es sano, y dañar a las personas solo hace que uno mismo termine dañándose.
Ella accedió y se disculpó conmigo, parecía sincera y arrepentida, me juro que si fue mi amiga, pero que de un tiempo para atrás se había ofuscado, ya que nuestra amistad iba en torno a un solo tema y ese era mi ex mejor amigo. La perdoné, porque también tenía razón, yo no supe valorar su amistad tan bien como debí hacerlo, solo iba a ella para quejarme del mismo chico, y por más que ella me pedía no insistir, yo lo hacía.
Le pedí que no se volviera acercar a mí, creo que eso fue lo que más me dolió de todo el asunto, ver que no solo había perdido en tan poco tiempo a mis dos mejores amigos, sino que también me habían abierto los ojos y me habían hecho dar cuanta que no podía seguir confiando más en las personas.
Bueno, esa regla solo tiene tres excepciones, Melissa, Diego, y aunque suene loco, una niña de once años, Jimena.
Ellos se han tomado el tiempo de venir a visitarme y uno que otro regalo han tenido conmigo, Melissa supo del incidente porque prácticamente es la vecina de F, Diego sabía de antemano que algo malo iba a pasar y Jimena, bueno es muy obvio que lo miro todo.
Y pues los últimos días he estado en mi cama acostado. Me suele doler un poco el rostro, pero es algo que se pueda soportar, en lo que si he aprovechado es para ponerme al día con mis novelas de Wattpad. La novela de la chica en la ventana está casi por terminar, y mientras eso ocurre yo he comenzado otra lectura sobre un chico misterioso que se hace llamar un asesino.
