D es un adolescente prodigio en su escuela, un chico correcto y muy dedicado a lo que hace, especialmente a su pasión frustrada: la escritura. Sin embargo, nada es realmente perfecto y D guarda un par de secretos, «más bien bastantes». Está enamorad...
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¿Confundidos?
Tal vez solo estábamos confundidos por nuestro ciego amor, y lo que realmente sentimos era un apego emocional que no había sentido antes. Tal vez no era amor, sino simplemente un sentimiento de culpa por no haber actuado de la mejor manera cuando debimos haberlo hecho. Tal vez solo me amabas porque te lo repetiste tantas veces que la mentira se hizo real para ti.
Tal vez solo estábamos confundidos.
Mi madre recuperó el negocio, ya que los evaluadores de sanidad le dieron el visto bueno y emitieron una disculpa pública por haber censurado un lugar sin haber tenido pruebas suficientes. La noticia animó a mi mamá, y le dio ese brillo esperanzador que ella suele tener. Mi padre viajó a trabajar en otro lugar para poder reunir dinero, y así costear algunos gastos mientras yo me gradúo.
Las cosas van algo bien, para ellos, pero para mí es cruel y desolador.
Hoy terminaré nuestra relación.
Quisiera decir que la justicia divina ha hecho que todo lo que está pasando en nuestra familia fue porque ha puesto su mano sobre nosotros, pero esa justicia tan injusta como puede ser la atribuyó a un acontecimiento único.
Aceptar los términos.
Luego de esa llamada tuvimos que vernos para que él me entregara esos documentos que había obtenido, junto con las fotos que tenía en su poder. Todo fue eliminado frente a mis ojos.
Y yo terminé eliminando el video.
Los acuerdos eran simples, él me dejaría en paz y ayudaría a mi madre a que reabrieran su negocio si yo mantenía alejado a su hijo de mí, y si divulgaba ante todos que él no era un sodomita, ya que para él, la reputación de su familia era algo importante.
A regañadientes acepté, pero a veces las cosas pasan por algo, y tal vez nuestro amor no era tan fuerte como decíamos.
Madre solo hay una, y por ella haría lo que fuese.
Hasta entregar mi propio amor.
Hoy es lunes, y como todos los lunes me levanto temprano para poder ir al colegio y llegar a la formación, pero este día en especial me siento tan desanimado y triste que es casi imposible bañarme y salir de casa.
Al final lo hago y llego al colegio con mucha nostalgia y tristeza, como si mi corazón estuviera muriendo a cada paso que doy.
¿Por qué tengo que hacerle daño?
Llego al salón para dejar mis cosas e ir a la formación. Cuando siento unas manos en mi espalda, volteo a ver y su sonrisa es lo que me recibe.
Tiene su uniforme arreglado y en su mano trae una barra de chocolate blanco, yo lo veo y mis paredes de desespero comienzan a alzarse.
—Buenos días, amor —saluda animado.
—Buenos días —saludo con una sonrisa fingida.
—Te traje algo dulce, ¿quieres ir conmigo esta tarde a visitar a mi abuela? Ya terminaron la bóveda y quisiera echarle un vistazo
