D es un adolescente prodigio en su escuela, un chico correcto y muy dedicado a lo que hace, especialmente a su pasión frustrada: la escritura. Sin embargo, nada es realmente perfecto y D guarda un par de secretos, «más bien bastantes». Está enamorad...
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Podría decir que el mundo es un paralelismo de emociones y situaciones. Todo puede cambiar con tan solo una acción breve, una palabra dicha o un momento dado.
En esta sola mañana he experimentado muchas emociones, y vivido muchas situaciones que pongo en duda que fuese a vivir, más cuando en serio pensé que mi corazón se llenaría de odio.
No entiendo si en realidad soy un bipolar trastornado «voto por esa», o simplemente sigo dándole oportunidades para que me demuestre que en serio vale la pena quererlo y hacer cosas increíbles por él, y talvez en algún momento me cansé y simplemente vea a mi pasado, y me lamenté de haber hecho lo que hice, por haber querido cambiar las situaciones y resultado.
Se podría decir que tenía mi futuro en mis manos. Me sirvieron mi destino en una lujosa bandeja de plata, donde podía escoger tomarla, o simplemente dejarla ahí.
Y decidí lo segundo.
Talvez suene estúpido, o cliché, pero mi madre siempre me ha dicho que nada de lo que se consigue con facilidad dura mucho, obvio todo lo que he hecho hasta el momento me daría la razón para tomar esa oportunidad y aprovecharla.
Bajo la lógica de alguien malo.
Pero hay algo en esta situación que me elimina todas las ganas de hacer ese daño, y aprovecharme del momento.
Hace un año me sentía tan solo. Sí, claro, algunos querían hablarme para ser ayudados y qué parte de mí conocimientos se les compartiera; ni siquiera Elian y su grupo de amigos se me acercaban, fue él quien decidió seguir ahí.
Ninguno me quería en realidad como su amigo, no después de lo que hice.
Para ponerlos un poco en contexto: hace más de un año el rector que había me pidió delatar a un compañero que portaba drogas. Según sus fuentes él era un vendedor y estaba condenando a mis compañeros a que consumieran y fuesen adictos. Me lo mostraron como la peor persona por hacer ese daño, y la verdad con el miedo que tenía y bajo la situación en la que estaba, no tuve más remedio que acceder a delatarlo como me pidieron.
Al principio pensé que hacía bien, pero el resultado fue horrible. Muchas cosas malas pasaron y la culpa siempre recayó en mí, y con justa razón, había traicionado a mi único amigo, y dejé de ser leal por mis propios beneficioso.
Merecía cada mierda que me tiraran.
En ese momento comprendí una cosa importante. La lealtad es algo tan valioso, si talvez en ese momento no me fuese dejado llevar por la emoción de tener una oportunidad, y habría sido más consciente del sufrimiento que causaría a una familia, que fue tachada sin culpa alguna, yo no fuera sido aislado.
Y él seguiría aquí conmigo.
Pero fue el mismo F quien me ayudo a salir de eso, fue él quien me ayudo a entender que lo que hice no estuvo bien, o bueno; no de la manera en la que lo hice.
