Las siguientes cuatro horas de clases son relativamente aburridas, tanto así que a la última hora de clase la profesora decidió que sería interesante jugar «stop» para no aburrirnos, y pues no gane en ninguna de las ocasiones, aunque estoy seguro de que muchos de los lugares y nombres que decían eran inventados, pero no soy experto en geografía como para reclamar al respecto.
Y no tuvimos clase de deportes porque el profesor anda de licencia de paternidad.
También intercambié algunas miradas con F, no fue la gran cosa, es como cuando alguien está mirando el panorama y por casualidad se encuentra con la mirada de alguien que está haciendo lo mismo, y de alguna manera incómoda pareciera que se estuvieran viendo fijamente.
Son casi la hora de salir, y todos estamos esperando el timbre anuncié el final de las clases, para poder irnos a casa. Tengo tanta hambre que podría comerme un caballo.
Es un decir, no me comería un animal de esos.
Todos están alistando sus cosas en sus bolsos de manera discreta, para que la profesora no se percate que estamos ansiosos por salir de su clase, suele molestarse porque salimos corriendo como si nuestras vidas dependieran de ello.
—Muy buenos días, profe Vilma, ¿me permite unos minutos? —una voz conocida habla desde la puerta, y todos volteamos a ver hacia esta y encontrando a la profesora de castellano.
Mierda, el examen.
—Buenos días, profe, claro, muchachos, por favor, atención a lo que les van a decir —informa la profesora de química.
—Gracias, profe, muchachos, sus notas del examen de hoy ya están, cuando terminen pueden acercarse a la sala de maestros por los resultados y sus exámenes —anuncia la profesora.
—Profe, ¿no podría darnos los exámenes ya? Ya es casi hora de salir y el restaurante del colegio se llenará —habla un compañero. Ricardo.
—Ay, si profe, no vamos a comer nunca —Nataly habla, y todos comienzan a apoyar la idea.
—Muchachos están en otra asignatura, no puedo venir a interrumpirle la clase a la profesora de esta manera, eso es grosero, si quieren las notas se las daré en la sala de maestros.
—Profe, puede entregarles las notas, de igual ya terminé mi clase hace una media hora, solo quería gastar tiempo con un juego grupal, ellos ya guardaron sus cosas de todos modos —ella hace un gesto con la cara de obviedad—. Sí, me fijé que todos guardaron sus cosas desde hace mucho, pero agradezco que lo hagan de manera discreta.
Todos hacen cara de vergüenza y se echan a reír, la profesora entra disculpándose y junto a ella trae una carpeta con lo que parecen ser los resultados.
Mi estómago comienza a sentirse de la manera más extraña posible, me siento incómodo, mi respiración se agita y siento un calor, invadir mis mejillas y mi espalda, tengo la sensación de querer pararme y salir corriendo hasta cansarme y que me duela el cuerpo.
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¿CONFUNDIDOS O MENTIROSOS? MEJORES AMIGOS. TERMINADA✓
Novela JuvenilD es un adolescente prodigio en su escuela, un chico correcto y muy dedicado a lo que hace, especialmente a su pasión frustrada: la escritura. Sin embargo, nada es realmente perfecto y D guarda un par de secretos, «más bien bastantes». Está enamorad...