Golpes de calor

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Departamento de Charlotte

— Dios mío, que tarde se me hizo. Nunca pero nunca más vuelvo a dejar que Sara me convenza de acompañarla a una sesión. NUNCA MAS – Valentina hablaba sola mientras tocaba nerviosa la puerta del departamento de Charlotte. Le había mandado un mensaje a la morena contándole que estaba demorada y le pregunto si podía quedarse un rato más con Kara a lo que Charlotte respondió con un simple "encantada".

Volvió a golpear otra vez la puerta, esta vez más fuerza. ¿Acaso se habrán ido a alguna parte? –pensó la rubia. En ese momento la puerta se abrió de golpe y una vez más la imagen con la que se encontró Engfa la dejo sin palabras.

Charlotte Austin. Charlotte Austin usando solamente un top deportivo negro y un pequeño short del mismo color. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo no muy prolijamente. Sus manos tenían una especie de venda y.... ¡Dios mío! — pensó Engfa – uno, dos, tres y cuatro. Cuatro perfectos cuadraditos marcados en su abdomen— La Rubia seguía su recorrido — Y esas piernas. Madre mía. Sin tan solo pudiera... Espera ¿cuánto tiempo llevo mirándola?

— Engfa, Engfa. ¿Estás bien? — preguntaba Charlotte pasándole la mano por la cara e interrumpiendo los pensamientos de la rubia.

— Eh... si, si... yo-yo venía a...la rubia no podía superar el impacto – Es decir. Vengo a buscar a Kara.

— Sí, claro, pasa, pasa – Charlotte se apartó para dejar pasar a Engfa — Perdón por hacerte esperar, es que aproveche que Kara se durmió para hacer un poco de ejercicio – le explicaba señalando la bolsa de box que colgaba en una esquina del departamento.

— ¿Boxeas? – pregunto Engfa curiosamente tratando de no mirar a la morena. Lo pudo superar una vez y quizás si volvía a mirarla esta vez no había salida y terminaría encima de ella en un segundo.

— No lo hago como deporte. Simplemente lo uso para descargarme un poco – contaba Charlotte mientras se sacaba las vendas de las manos y miraba como Engfa observaba todo el lugar.

— ¿Tocas la batería? – pregunta la fotógrafa al ver al instrumento en una de las otras esquinas de la sala.

Carajo. Ya veo de donde ha salido tan curiosa la niña. –pensaba Charlotte.

— ¿Y la guitarra también? – volvía a preguntar Engfa, pero esta vez inspeccionando la guitarra eléctrica que la morena tenía junto a la batería.

Si definitivamente ser hermosas y curiosas es del gen Waraha. Ah y no nos olvidemos de la levantadita de cejas. Mortal kombat: Si Engfa Waraha te levanta su ceja podrá hacer contigo lo que se le plazca.

— Si, bueno, mi mamá era una especie de fanática de la música y bueno yo... ella me enseño de chica.

Engfa pudo notar la incomodidad de la morena al nombrar a su madre y supo que tenía que cambiar rápidamente de tema.

— ¿Dónde está Kara? – preguntó rápidamente

— En la habitación – contestó la morena agradecida por el cambio de tema – se quedó dormida profundamente después de comer y de empezar a ver a Nemo. No creo que nunca termine de verla – dijo sonriente Charlotte recordando su tarde con la niña.

—Charlotte, no sabes cuánto te agradezco todo esto. La verdad es que estamos pasando por momentos complicados y...— suspiraba la rubia – De verdad no sé cómo agradecértelo.

— ¿Estás bien? – preguntó la deportista al ver la cara de preocupación de Engfa.

— Si. Bueno, no del todo. Estoy cansada, estresada y con mucho trabajo. Me enoja no tener tiempo para mi hija y –y...

Cuando, Donde y Como el Amor Quiera ❧ EnglotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora