Blanca nieves y los siete enanos

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Un año y tres meses después – Hallowen en Casa Austin Waraha

- ¡Listo! – Engfa había terminado de ayudar a sus mellizas con sus respectivos disfraces – No puedo creer lo que están viendo mis ojos – les dijo mirando orgullosa a sus dos hijas disfrazadas de enanitos. Tenías puestos calzas de colores y una chaqueta con un cinturón de otro color, para que contrastara con la parte inferior. En los pies tenían zapatitos negros y en la cabeza un gorrito en punta. Por supuesto la cereza del postre, o en este caso del disfraz, la otorgaba la barba blanca de juguete que se tenían que poner.

Las mellizas se miraron - ¡Nos vemos geniales! – Festejó Scar - ¡Venga los cinco Ann! – pidió a su hermana el choque de manos que Anne concedió con pocas ganas.

- ¿Nos vemos bonitas mamá? – le preguntó Anne dudosa de su apariencia

- Por supuesto cariño – les aseguró – Muy bonitas – agregó

- ¿Tan bonitas como estás tú cuando mami pone cara de boba al verte? – Para las pequeñas la cara de boba de Char al mirar a Engfa era buena señal.

- No... Más bonitas. Están tan hermosas, que su madre va a poner la misma cara de babosa que pone cuando las mira a ustedes – les dijo. Para Engfa no había mejor momento que agarrar a su esposa mirando atontada a sus hijas.

- Me pica mamá – Anne se quejaba de la barba

- Te la sacas y te la pones antes de irnos Ann – la convenció Engfa mientras las llevaba a la sala donde Kara y Maca veían por milésima vez buscando a Nemo – Ya tenemos listo dos enanitos – anunció – Tu turno Maca – Estiró su mano a la pequeña – Hora de ir a bañarte – anunció.

- Quiero que mami me haga la danza del baño – Por supuesto que Macarena iba a querer bañarse con la danza del baño.

- ¡No se vale! Nosotras no hicimos la danza – se quejó Scarlet

- Es verdad – Anne apoyó la queja

- Maca, no tenemos tiempo para la danza del baño – negó la petición de su hija

- Entonces no me baño – caprichosa, Maca, se cruzaba de brazos.

- Esta bien... Pero la haces conmigo – Engfa no tenía intenciones de molestar a su esposa después del día que había tenido Charlotte. La morena se había enterado que el equipo quería transferir a Nikky a otra ciudad y había estado toda la tarde peleando a capa y espada con la entrenadora y el presidente del club.

- Pero tú no te la sabes – la acusó

- Maca llevo años escuchándola, me la sé de memoria – se defendió

- Pero tienes que hacer los gestos y todo – le advirtió la pequeña

- La voy a ser a mi manera – Era imposible igualar a Charlotte en la danza del baño

- Pero mamá... – Scarlet, más bien el enanito Scar, volvía a protestar.

- Scar... te prometo que la próxima vez la hacemos ¿Si? – La mirada no dejó lugar a protesta

Las dos mellizas se sentaron al lado de su hermana mayor de brazos cruzados.

Kara se río y por eso le tocó golpe en su cabeza - ¡Auch! – Kara se acarició la cabeza - ¿Y eso? – le preguntó a su madre por la causa del golpe.

- Por inventar la daza del baño – le respondió.

- ¡Yo no lo inventé! – se defendió – Fue mami Char – dijo

- Bueno, entonces fue por incentivar a tu madre a que la inventara, si no te hubieras escapado cada vez que te íbamos a bañar, no hubiera existido la estúpida danza del baño – el stress de Hallowen estaba llegando y le hacía decir cosas "horrendas" a Engfa. Se arrepintió de usar la palabra "estúpida" apenas vio la cara de sus tres hijas.

Cuando, Donde y Como el Amor Quiera ❧ EnglotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora