El ataque de los buitres

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Desde que Charlotte conoció a Engfa, la morena sintió que de alguna forma su padre y su madre desde el cielo la estaban poniendo a prueba. "Algún día vas a conocer a la chica que te domine y te traiga como quiera hija, así como yo tengo a tu padre" Le dijo su madre después de la tercera noche seguida que Charlotte llegaba a su casa con cara de haber tenido sexo toda la noche y sin acordarse el nombre de la chica "Creo que empezaba con M... Miriam, Maria o algo así" le respondió a su mamá cuando le preguntó con quien había estado. El sexo en casa de los Valdés jamás había sido un problema. Charlotte les contaba a sus padres cada detalle, así como cuando ella los enganchaba haciendo de las suyas simplemente se daba vuelta y dejaba que terminaran su habitual rito sexual. De hecho, era su mismo padre, el que la codeaba cuando pasaba una linda mujer por delante de ellos o hasta a veces su madre la que la felicitaba cuando Charlotte le señalaba una de sus conquistas.

Su padre decía que Charlotte hechizaba a las mujeres y que aquella que tuviera el escudo protector de ese hechizo iba a hacer que la morena saltara por los aires. No muy lejos de esta teoría, pero sí de la magia, su madre, después de ver como Charlotte con tan solo catorce años seducía a una de sus compañeras de elenco, decía que la atleta tenía un don para penetrar en la mente de las chicas y engatusarlas para que cayeran perdidamente enamoradas de ella y que aquella damisela que no dejara que Charlotte leyera su mente sino más bien que compartiera sus pensamientos con su hija, iba a ser la afortunada en tenerla a sus pies.

Pues déjenme decirles una cosa, ninguno de los dos podía estar más en lo cierto. Y Charlotte sabía que desde el cielo sus padres se estaban riendo de ella porque Engfa era la que tenía el escudo protector contra sus hechizos, porque era la rubia la que no dejaba que Charlotte la leyera, sino que ayudaba a que Charlotte lo hiciera. Engfa la trae como quiere, la tiene a sus pies, la vuelve loca y cuando Engfa no puede, la ayuda de su hija termina de sepultar el poco valor que le quedaba a Charlotte contra los caprichos Waraha. Lo peor de todo es que a Charlotte le encantaba que fuera así, mejor dicho, amaba que fuera así y amaba aún más el hecho de que faltaba tan sólo una noche para hacer a esa mujer, que quebró todos sus esquemas, que frenó la magia de Charlotte y que la trae como quiere, su mujer, su esposa.

Ahora bien, el tema de no poder decirle que no a Engfa se tornaba de mayor dificultad cuando después de levantar 110 Kg. En el banco de pecho en el gimnasio Charlotte recibía un mensaje de su novia que decía "NECESITO que vengas a casa". Mensaje que para la morena podía significar dos cosas: Sexo o problemas. La cuestión era que, como la noche anterior de la boda la iban a pasar separadas, Charlotte se había ido del departamento dejando a Engfa prácticamente al borde de encerrarla en el baño, así que por deducción lógica y para lamento de Charlotte, sexo no podía ser, por lo que la dejaba con lo siguiente en la lista... problemas.

- ¿Te vas? – le preguntó su preparador físico cuando la vio caminar rumbo a las duchas

- Sip... Nos vemos en la boda... si es que me caso – esto último lo dijo por lo bajo. Ese "necesito que vengas a casa" podría significar tranquilamente un "Me di cuenta que no te amo y no me quiero casar contigo" Charlotte sacudió la cabeza para borrar esos pensamientos de la cabeza. Engfa la amaba, no podía hacerle eso ¿O sí?

En la puerta de casa Englot

Charlotte pegaba la oreja en la puerta – No se oye nada – se dijo a sí misma – ¿Tal vez una junta de la JPDE? – Se preguntó – No – sacudió la cabeza – No puede ser, yo las prohibí y además la presidenta llega de Los Ángeles mañana – sin presidenta no hay junta - ¿tal vez se me fue la mano despertando a Engfa de esa manera? ¿Cuántos años de cárcel me darían si mato a mí, pronto por ser esposa, a puros orgasmos? – Volvió a sacudir la cabeza. Engfa estaba bien cuando la dejó para irse a entrenar y después al gimnasio. Pero se suponía que Charlotte iba a pasar la noche en la casa FreenBecky mientras Freen se quedaba en la suya con Engfa. Volvió apoyar la oreja, tenía que haber algo, algún sonido que le diera la pauta de lo que tenía que enfrentar... lo siguiente no lo vio venir, la puerta se abrió de golpe dando lugar a una caída aparatosa de la morena en el piso de su entrada.

Cuando, Donde y Como el Amor Quiera ❧ EnglotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora