Un verdadero zoológico

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- Una de dos, o dejo de encontrar material prohibido o busco otra forma de destruirlo – Engfa había descubierto lo peligrosa que se ponía la tarea de eliminar todo rastro de la obsesión por las revistas y los videos de su novia cuando la última fogata que hizo casi se le sale de las manos. Una vez hecho el trabajo sucio tenía todas las intenciones de irse a la pileta, mejor dicho, quería tirarse bajo el sol durante un tiempo largo. Por más que no quisiera hacerlo tenía que darle la razón a su amiga, necesitaba un poco de color para lucir el vestido de la fiesta de mañana – Estúpida Freen y su idea de usar ropa blanca – se acordó de la latina apenas se disponía a elegir su malla. Se había comprado dos bikinis, una blanca y una negra. Los dos colores con los que Charlotte se perdía automáticamente – Vamos a ver Charlotte Austin cuanto tiempo puedes seguir prestándole atención a tus cuatriciclos cuando me tengas así – La regla era muy clara... si Engfa quería atención, Engfa la tenía. Y esta no iba a ser la excepción, la rubia quería que su novia estuviera todo el tiempo arriba de ella, tocándola, mirándola, celándola, lo que sea con tal de tenerla para ella. Se podía decir que Engfa estaba antojada de su novia y cuando una mujer tiene un antojo es un pecado no saciarlo – Por ser el primer día, no voy a ser tan mala y me voy a poner el negro – hablaba con ella misma – No quiero que sufra tampoco – La rubia tenía claro que si Charlotte descubría el color blanco es sus prendas interiores o en este caso en la malla, era muy probable que Engfa no saliera sana y salva de la situación.

- No creo que a mami Char le guste que uses esa malla mamá – Kara aparecía sin aviso dentro de su habitación haciendo que su madre pegara un pequeño salto.

- ¡KARA! Me asustaste – le decía con una mano en el pecho – Además estoy segura de que si le va a gustar – Engfa lo tenía todo calculado - ¿Por qué dices que no? – no le iba a venir mal la opinión de su hija

- ¿Te acuerdas la vez que fuimos las tres a la plaza y un chico dijo algo sobre tu parte de atrás que no me quisieron decir? – le preguntó la niña

- Si me acuerdo pero que tiene que ver con...

- ¿Qué le pasó al chico? Volvió a preguntar

- Charlotte le tiro un pelotazo en la cara – contestó Engfa – Aun así, no entiendo que tiene que ver con mi malla – no lo quería ver

- Y cuando estábamos en la cola del cine a punto de entrar a ver Spiderman y un hombre te preguntó si eras soltera... ¿Qué le pasó al hombre? – cangurito preguntón.

- Charlotte le tiró el pochoclo al piso y le volcó el vaso de gaseosa sobre la cabeza – iba entendiendo el punto de su hija.

- Y cuando el mozo de aquel restaurante te dejo un número de teléfono arriba de la mesa ¿Qué hizo? – Kara quería que su madre hiciera memoria.

- Casi lo hace despedir – como olvidar ese día

- Y cuando...

- YA YA... mira cariño – Engfa se agachó al nivel de su hija – Cuando tu seas grande vas a conocer a alguien que te va a traer loca – la niña la miraba con atención – Y vas a querer llamar la atención de esa persona... Como tú con Bella, por ejemplo – la fotógrafa encontró la forma de explicarle - ¿Qué haces tú cuando quieres llamar la atención de alguno de tus amigovios? – Mal que le pesara a Engfa la niña tenía varios - ¿Qué haces cuando quieres que Bella te preste atención? – puntualizó.

- Nada – contestó simplemente

- ¿Cómo que nada? – no podía creer la sencillez de su hija.

- Mami Char dice que nosotras nunca vamos a las damas... Las damas vienen a nosotras – recitó.

- ¿Con que eso dice? – Por supuesto que Charlotte va a decir eso

- ¿Qué haces mamá? – la niña vio como su madre dejaba el bikini negro y agarraba el blanco.

Cuando, Donde y Como el Amor Quiera ❧ EnglotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora