Viernes a la noche
"El apocalipsis", "El fin del mundo", "la devastación total", "el fin de los tiempos", estos eran uno de los tantos títulos que pasaban por la cabeza de Charlotte Austin en este momento. Sentada en soledad en el sillón de su casa con un bate de beisbol en una mano y un vaso de coca ligth con hielo en la otra, la morena dejaba que su mente vagara por los recuerdos. Recuerdos que aparecían a medida que la mirada de la deportista se posaba en el muro de fotos que su esposa se había encargado de construir como altar familiar y al que ahora Charlotte observaba con intensidad.
La primera foto que llamó su atención fue la de Kara y ella todas embarradas entrando a la casa Waraha antes de que Engfa fuera su novia. ¿Cuánto tiempo había pasado desde aquel momento y quien iba a decir que justo cuando el mundo que Charlotte conocía se estaba por acabar, esa foto iba a ser la que iniciara el conteo de los momentos pasados? Kara había sido a la primera que habían agarrado, la primera a la que Charlotte había visto sucumbir antes ellos, y a la cual se habían llevado sin ni siquiera darle tiempo para que Charlotte le dijera cuanto la amaba. Su cangurin había quedado en manos de una de las apestosas criaturas que amenazaban el mundo de Charlotte y la morena no había podido hacer nada para evitarlo.
La basquetbolista se paró del sillón de un fuerte impulso y aun con bate en mano, se acercó a la pared que sostenía cientos de retratos. Cuando llegó cerca del muro no pudo evitar poner sus ojos en la foto que mostraba el momento en el cual ella sostenía a sus dos mellizas al lado de una Engfa que había sido vencida por el sueño en la cama del hospital. La basquetbolista dejó el vaso de gaseosa en la mesita y con su mano libre acarició el retrato. No pudo dejar de reír ante los ojos bien cerrados de Anne que hacían juego con conducta pacífica y a su vez eran lo contrario a los ojos abiertos e hinchados por el llanto de su hermana melliza Scarlet. ¿Quién iba a decir que estas personalidades tan diferentes iban a ser las culpables de que Charlotte perdiera a sus dos hijas? La morena agitó la cabeza tratando de sacarse esos pensamientos de la cabeza, no podía bajar los brazos ahora.
La segunda foto que recorrió con sus manos fue la de ella corriendo tras una rubiecita desnuda por la calle del barrio al que recién se habían mudado. A Maca siempre le había gustado llamar la atención y sin lugar a duda, en ese momento, su pequeño lechucín había pensado que no había mejor forma de hacerse conocer por lo nuevos vecinos que salir a correr por las calles desnuda – Mi valiente Maca – decía Charlotte acariciando el retrato – Te dije que no fueras hacia él, te dije que me dejaras a mí, que yo lo iba a manejar, que yo me iba a encargar de esa apestosa criatura inhumana, pero no – suspiró – No me hiciste caso, fuiste tras él y ahora... y ahora... - se llevó la mano a la cara tratando de evitar que sus lágrimas salieran – Y ahora te he perdido para siempre – dijo con las pocas fuerzas que le quedaban. Le dio la espalda a los retratos, no podía seguir mirando más. No podía, pero aun así tenía que hacerlo, tenía que despedirse de lo único que le quedaba y la unía con su familia.
Volvió a mirar la pared de los recuerdos y se encontró de lleno con las enormes pestañas de Jules. Charlotte no sabía cómo carajo había hecho su mujer para sacar esa foto, pero lo había hecho. Había retratado el rostro de su hija menor en modo conquista a la perfección y la deportista no pudo evitar sentirse orgullosa de haber sido ella la que había logrado esa perfecta mirada.
Charlotte se acordaba ese día como si hubiese sido ayer, ayer antes de que todo este enorme lio pasara. Ese día Charlotte había discutido contra toda la armada Waraha durante casi un día entero, tanto su mujer como sus hijas querían pasar las vacaciones en la casa de sus padres, pero no había forma de que después de todo lo que habían vivido el último verano en esa casa, la morena quisiera volver allí.
Charlotte les había ofrecido unas vacaciones por Europa, les había ofrecido un crucero por el Caribe, ¡Demonios! Si hasta les había llegado a ofrecer un zafarí por África... ¡Pero no! Cuando a las rubias de las familias se les ponía algo en la cabeza, imposible convencerlas de lo contrario, pero esa vez Charlotte estaba decidida a ganar esa partida y no se las iba a poner fácil.
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Cuando, Donde y Como el Amor Quiera ❧ Englot
FanfictionCharlotte Austin es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su fama de mujeriega irrumpe en New york sin saber que un encontronazo con una morena, mandona e idiota le va a cambiar...