Las listas prohibidas

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Cuatro años después - Estudio de fotografía de Engfa

Freen, Becky, Shane y Mariana entraban al edificio de trabajo de Engfa. Habían quedado con la rubia para almorzar.

- ¡Buenos días Inés! – saludaron a la asistente privada de la fotógrafa

- ¿Dónde está Engfa? - Entre que tenía apetito y que de por sí ya es impaciente, la latina estaba irritante.

- En su oficina, lleva horas hablando con Charlotte – señaló el lugar – Yo que ustedes entraría con cuidado – les advirtió

- ¿Sexo telefónico de nuevo? – Tina era la que preguntaba

- Eso no lo sé, aunque es probable – todos sabían que antes de entrar a una habitación con Engfa o Charlotte había que hacerlo tapándose los cinco sentidos

- ¡NO SEÑOR! – Saltó Freen – Ningún sexo telefónico va a demorar mi almuerzo - apuró el paso hasta la puerta de la oficina de la artista – esa rubia hueca sexopata me va a tener que escuchar sea como sea – se ve que tenía mucha hambre

- ¡ESPERAME FREEN! – Becky no se iba a perder la posibilidad de agarrar a Engfa con las manos en la masa

Freen no titubeo en abrir la puerta de un golpe – PERO QUE DEMONIOS – Esto es un Deja vu – la oficina de Engfa estaba absolutamente llena de flores, ramos de rosas rojas en una esquina, ramos de lilas en otras. Calas por un lado, margaritas por otro... Era como vivir dentro de la primavera misma. Pero las flores no estaban solas, había cajas de bombones apiladas, bolsas de Victoria's Secret, vestidos de marca, etc.

- Shhhh – Engfa la hizo callar tapando el auricular del teléfono. Cundo vio a sus amigas paradas en la puerta les hizo señas para que pasaran.

- Charlotte, cariño tengo que atender algo importante ¿Me llamas enseguida por favor? – Engfa estaba usando su mejor voz de inocente.

- No me digas que lo volvió a hacer – Le preguntó Freen apenas la rubia cortó. Shane contaba los ramos de flores, Mariana revisaba las bolsas de Victoria's Secret que acompañaban a los ramos y Becky hacía el baile mariposa festejando la primavera - ¿Se desató otra vez la ira de la bestia? – siguió preguntando.

- Sip, no quedó ni una prenda de ropa interior sana – les aseguró - En un momento de la noche, cuando pensé que se había dormido, me levanté para ponerme la parte de abajo y cuando quise acordar la tenía respirándome en la espalda de nuevo. Agarró mi cajón de ropa interior y lo tiró por la ventana, literalmente – Les aseguró Engfa sentada desde el sillón de su enorme escritorio – SI hubieran visto como me miraba el portero esta mañana – No fue fácil salir con la cabeza en alto del edificio - Gracias a Dios por los lentes negros – dijo.

- ¿Cuántas veces E? Dímelo, no tengas piedad – Freen ya no se sorprendía de los registros que marcaba la bestia.

- Perdí la cuenta después de la novena vez que grité su nombre... Es más no creo que haya estado consciente cuando vinieron los otros orgasmos – Engfa pudo ver como coordinadamente sus cuatro amigas giraron los ojos.

Un golpe en la puerta las sacó del asombro – Permiso – Inés entraba con una enorme caja en sus manos, varios hombres la seguían detrás de ella con más ramos y otros paquetes – Póngalos por allá – les señaló un espacio vació

- ¿Los chocolates también? – preguntó uno señalando su paquete

- De esos nos encargamos nosotras – con algo tenía que matar el hambre

- Creo que esté te lo dejo a ti – Inés dejó su caja arriba del escritorio – ¿Crees que van a seguir llegando muchos de estos? – le preguntó a su jefa

Cuando, Donde y Como el Amor Quiera ❧ EnglotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora