"ℒ𝑒 𝑔𝒶𝑔𝓃𝒶𝓃𝓉".

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     —Necesito que ya lleguen las vacaciones de verano

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     —Necesito que ya lleguen las vacaciones de verano.—se quejó Simone mientras se desplomaba en la banca de madera donde nos encontrábamos.

La carcajada de Michele se mezcló con la mía.—solo llevamos un mes aquí Mone, tendrás que aguantar un poco más.

Bien sûr, tú no lo ves como un sufrimiento porque tienes a Alain.—suspiró mientras puso una mano en su frente dramáticamente.

—Hablando de él.—llamé la atención de ambas.—esta noche iré a verlo correr, ¿quieren ir conmigo?

—¡Sí!—respondió inmediatamente Simone sin dudarlo.

—¿A él le gusta hacer eso?—preguntó Michele confusa, pero pude notar una pizca de interés en su tono de voz.

—Sí, se gana bastante dinero en ese tipo de carreras clandestinas.—recordé todas aquellas veces que me había invitado a comer con el dinero que ganaba de ahí.—él es el mejor.

En realidad más que por el simple hecho de ganar un poco de dinero extra, que no venía mal, Alain lo consideraba más una actividad para liberar todo el estrés que acumulaba. Era como un tipo de liberación para él, por eso mismo aunque era peligroso y siempre me aseguraba de que tuviera cuidado, no me oponía y me enfocaba solamente en estar ahí para él en caso de que lo necesitara.

—Yo me apunto, nada que un par de almohadas bajo las sábanas no resuelvan.—sonrió la pelinegra entusiasmada.—¿tú vienes Michele?

Ella tenía la mirada fija en el piso pensativa, como si estuviera teniendo un pequeño debate dentro de su cabeza.

—No lo sé, si mi hermano o mis padres se enteran estaré muerta. IIs le savent, ¿vrai?

—¡Vamos Michele!, somos jóvenes.—Simone la tomó del brazo y lo enrolló con el suyo.—tengo que crear anécdotas para contárselas a mis nietos y quiero que estés incluida en ellas.

—¿Por la anécdota?—me uní a Simone intentando convencerla.

Lo meditó unos cuantos segundos más y después de pasar la mirada entre las dos, suspiró.—bien, por la anécdota.

Simone celebró y yo sonreí satisfecha, esperando que la anécdota que en un futuro le contaría a sus nietos no terminara mal.











                                                       ➤











Alisé con mis manos el vestido color turquesa que me llegaba un poco arriba de las rodillas y observé mi reflejo en el espejo que se encontraba recargado en la pared de mi habitación.

Los vestuarios que solían verse en ese tipo de competencias eran más informales y en ocasiones un poco exhibicionistas. Normalmente vestirse así era mal visto ante las demás personas, donde solamente obtenías miradas juzgadoras y de desprecio a cambio.

"𝑀𝑜𝓃 𝒟𝑒́𝓈𝒾𝓇" (𝓂𝒾𝓍𝓉𝑒 𝟷𝟿𝟼𝟹).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora