____El sudor caía por su rostro, su corazón latía acelerado y sus piernas ya comenzaban a debilitarse. Las lágrimas se acumularon en sus ojos haciendo borrosa su visión y no supo en que momento llegó tan lejos.
Una calle, autos estacionados, luces y casas. Jisung diviso tantas cosas que no supo donde ir, a lo lejos escuchó ruido de pisadas que le aceleró el pulso más de lo que ya lo tenía.
Sus pies fueron al estacionamiento metiéndose en el primer auto que encontró y cubriendose con su manta. Apretó su mano sobre su boca haciendo fuerza para no hacer ningún ruido y dejó sus lágrimas salir. Estaba hundido en la desesperación, tenía miedo y no sabría que hacer de ahora en adelante.
Sintio el movimiento del coche haciéndolo asustar. —Tranquilo.
Jisung quedo en silencio y con los ojos abiertos, no supo cuanto tiempo paso pero Jisung quedo quieto mientras miraba la noche oscura a través de la ventana, la leve música logró tranquilizarlo y se terminó durmiendo.
Jisung sintió un pinchazo en el cuello que lo hizo brincar asustado, miro a todos lados y sintió las lágrimas picar en sus ojos, dejó salir su llanto. No supo donde estaba pero el pinchazo era por la mala postura al dormir y no por los doctores. Su mente le jugó una mala pasada.
—Despertaste.
Jisung saltó apretando entre sus manos, la manta que lo cubría. Miro aquel joven dándose cuenta que era mayor que el. —Hola.
—Soy Bangchan.
—Yo so- soy Jisung.
Aquel joven se acercó dejándole ver la bandeja en sus manos con fruta y jugos. —Esto es para ti. Supongo tienes hambre.
—Gracias. ¿Do- Donde estoy?
—A las afueras de Busan. El Señor Lee te trajo, luego lo conocerás.
Jisung asintió mirando la fruta frente a el, froto sus manos nervioso y mordió su labio.
Tenía miedo de tocar algo y ser golpeado como nunca en su vida, solía ser así y no conocía a estas personas por lo que quería esperar.—Puedes comer, Jisung.
—Gracias. ¿Quieres?
Chan sonrio con sorpresa y negó. —Ya lo hice antes pero si quieres, otro día podemos comer juntos.
—¿Sr. Bang? —Un joven rubio apareció desde el borde de la puerta. —El jefe lo necesita.
Chan asintió. —Gracias, Felix. Quédate aquí, por favor.
El tal Felix asintió con una sonrisa, Jisung lo miro con curiosidad y se sintió relajado con su presencia. Felix era adorable, tenía pequitas muy lindas en todo su rostro y unos ojos muy expresivos que lo miraron con calidez.
(...)
—¿Quieres pasear?
Jisung miro a Felix y asintió. —Quiero eh ¿Me puedo duchar?
—Claro que sí, luego podemos pasear.
Felix le sonrio a Jisung y lo miro mientras este tomaba cualquier cosa para ponerse luego, estaba haciendo su propio análisis del menor y cada vez estaba seguro de más cosas. Jisung había sufrido mucho en tan poco tiempo, las marcas en sus brazos eran prueba de eso y estaba seguro que tendría muchas más.
Su corazón dolía por el. —¿Donde quieres ir? —Agregó el rubio una vez que Jisung salió del baño ya cambiado y con su gorro negro sobre su cabeza. —
—Donde sea esta bien para mi.
—Bien, entonces vamos.
El paseo fue tranquilo, Felix hacia una que otra pregunta que a decir verdad a Jisung no le molestaba el interrogatorio, Felix era cuidadoso con lo que preguntaba y se sentía cómodo con el, minutos después fue cuando el mayor le hizo la gran pregunta.