Girando los ojos una vez mas, Jisung miro frente a el. Los autos no avanzaban, habían pasado dos horas y el seguía en el mismo lugar.
Pensó en porque le dijo que si a su madre si todos los años era mismo, Jisung manejaba horas y su madre lo único que hacia era organizarle citas con mujeres porque claro, no sabe que su único hijo, era gay.
Jisung no odiaba la navidad, solo que a la única persona que tenia era su madre y la verdad, desde hace cinco años hacían lo mismo. A decir verdad estaba cansado.
No supo cuando su vida se había vuelto gris, tenia 28 años y no hizo nada de lo cual sentirse orgulloso ¿Era así no? Estaba seguro que no, aun tenia tiempo de formarse en algo que le guste.
Brinco al oír la bocina del auto detrás de el, bufo y se dio cuenta que el trafico avanzo varios metros. Bueno ahora era la parte donde se arrepentía de ir a casa de su madre, sin embargo sabia que no era capaz de romper su corazón.
Era bastante confuso pero Jisung se entendía así mismo.
La obscuridad de la ruta se hizo presente, Jisung estaba muy atento a todo porque casi choca por esta misma calle y bueno, no quería morir.
Aun.
Fue llegando a una curva que algo brillante cruzo frente a su auto y Jisung tomo el volante en un intento de no golpear aquella luz pero como siempre le pasa lo contrario. Si, lo golpeo.
Tenia miedo de bajarse y se decidió que lo haría cuando su corazón deje de latir como loco. Joder ¿Qué mas podría pasarle? Ni siquiera había llegado a Mokpo todavía.
Unos minutos después, tomo valor y bajo tomando fuerte su teléfono. Aquella luz que había visto era en realidad una persona.
-No, no, no. Di-disculpa ¿Estas con vida? -Murmuro. Los nervios y la desesperación se hicieron presentes con el solo hecho de pensar en lastimar a alguien. -Oye...
Una risita se oyó, fue leve pero en el silencio de la noche Jisung fue capaz de oírla. -Bastante extraño.
Jisung quedo mirando al hombre frente a el, tenia cabello violeta, su piel lucia brillante y la sonrisa burlona que le dio hizo algo dentro de el. -Tu... ¡Brillas!
-Espera... No te asustes.
-¿Cómo jodidos esperas que no me asuste? Ti- tienes ¡Joder!
-¿Tengo algo malo ?
Jisung lo miro como si fuera un idiota. -¿Por qué preguntas eso? -Jisung cerro los ojos y suspiro. -Olvídalo. Tienes orejas que terminan en punta, tus ojos cambian de color cada dos segundos y bueno, brillas.
-Oh, bueno es porque soy un elfo del bosque. Estoy perdido, la luz que viste me protege. Siento mucho si te asuste, soy Minho por cierto.
En silencio, Jisung miro a la extraña criatura con mas detalle y por mas que no este disgustado con lo que veía, se dio cuenta de algo mas. La túnica de aquel hombre estaba manchada de sangre y Jisung odiaba la sangre.
-¿Pasa algo? Estas blanco, blanco. -Hablo cantarín. Jisung quiso reírse pero su cuerpo lo traiciono. -¿Vas a desmayarte?
Asintió cerrando fuerte los ojos y de un segundo a otro, todo se volvió negro.
(...)
El sonriente elfo miro constantemente el rostro de aquel hombre aun dormido, Minho pensó que no debe existir algo tan perfecto y etéreo como su alma gemela. Ah, estaba muy feliz de no tener que matarlo, sin contar el accidente. Minho se había dado cuenta cuando la voz miedosa le pregunto si estaba bien.