______________♡______________—¡Joder, si! ¡Más rápido!
Jisung cerro los ojos apretando su rostro contra el colchón mientras sentía el cosquilleo en su cuerpo anunciando el tan esperado orgasmo. Lee Minho arremetió sin piedad en el dejando caer sobre su espalda gotas de sudor y sintió la presión en su cintura de aquellas venosas manos que lo sostenían con fuerza.
Ambos hundidos en el placer una vez más, ambos tan ajenos al mundo sin importarles las personas que estaban junto a su habitación queriendo dormir ni mucho menos le importaba que el teléfono de Jisung siga sonando a cada cinco minutos.
—¡Ya ca-casi!
Jisung grito viendo puntos blancos detrás de sus párpados, sus ojos húmedos cerrados con fuerza dejándose ir en el increíble orgasmo que Lee Minho acababa de darle y su corazón que no paraba de latir con fuerza.
Minho se dejó caer sobre su espalda para recuperar el aire, aún dentro de el su miembro latía y sintió como su semilla seguía saliendo. ¡Joder!
La respiración pesaba del mayor le hizo cosquillas en su oído por lo que sonrio llamando su atención.—¿Todo bien?
Jisung asintió suspirando y al cabo de varios minutos, ambos estaban abrazados aún con la euforia de su encuentro. Siempre era así, terminaban y se tomaban el tiempo para contemplarse, era natural, era algo que para ellos era normal y sin darse cuenta un círculo vicioso los llevaba a tener otra ronda.
—Eres tan bonito, Jisung.
Minho se volvía un oso de peluche luego del sexo y a Jisung le encantaba. Le encantaba todo de Minho, cada detalle de su cuerpo, de su rostro e incluso de su personalidad. Minho era un hombre fuerte, serio y aveces demasiado malo pero también era dulce, le gustaba sonreír, hacer chistes y era muy detallista.
—Minho. Tu eres bonito.
Ambos sonrieron dentro de su burbuja, mirándose a los ojos y dejando que sus respiraciones se mezclen. Minho corto distancia dejando un leve beso en la nariz del menor y se estiró para ir al baño sin soltar la mano de Jisung.
(...)
Si alguien le preguntaba a Jisung que es lo que más le hacía feliz, diría varias cosas pero sin dudas su número uno siempre sería, Lee Minho.
Cuando conoció al mayor en una cena, no le había dado importancia ya que era sólo un compañero de trabajo de su padre y nada más, pero luego comenzó a ir más seguido siempre cuando cenaban y ¡Uh! De sorpresa, llevaba un regalo para el.
Jisung comenzó a sospechar algo pero aún así no dijo nada y aceptaba cada obsequio del mayor. Hasta que una noche, Jisung salió de fiesta con sus amigos y terminó en la cama con un hombre mayor a el, quien resultó ser Lee Minho y ¡Mierda! No se arrepentia de nada.
Minho era mayor que el por doce jodidos años y para Jisung era lo de menos, siempre tuvo debilidad por eso, la experiencia de un hombre como Lee, lo llevo a las nubes e inconscientemente comenzaron a verse casi todas las noches.
Se había vuelto adicto a Minho.
—¿Jisung?
—¿Qué pasa, pa?
Su padre lo miro confundido y se sentó frente a el. —Debo hablar de algo contigo.
—Dime.
—Verás, conocí a una persona y me gustaría que lo conozcas. Aún no es nada serio porque quiero tu opinión.
Jisung asintió a su padre, sabía que se sentía sólo y le agradaba la idea de que haya una persona para el. Su padre, Christopher lo era todo para el y sabía de su sacrificio desde que su madre se fue.