Una vez más, no tenia nada.Una vez más, Minho salia de esa casa sin respuestas.
Tal vez deberia darse por vencido, dejar de buscar y seguir con su vida.
Habia dedicado parte de su vida buscando a su mejor amigo, tendria que aceptar que Han, ya no existia.
Su corazón dolio ante ese pensamiento, admitir éso era cómo si estuviera dandose por vencido y Minho no quería éso, sin embargo ya estaba cansado, de todo.
Sintió sus ojos picar mientras caminaba a su auto, apoyó su frente contra el volante y lloró, dejó salir toda la angustia que tenia adentro de su corazón.
Sus manos apretaron con fuerza, un jadeo de tristeza salió de su boca y su vista nublada en lagrimas le dijo qué no pararía en largos minutos, le dolia la cabeza pero ningún dolor se comparaba con el hecho de que se había rendido en buscar a su mejor amigo, seguia con esa voz en su cabeza de que no debía rendirse pero, Minho ya no sabia donde más buscar ni mucho menos con quién hablar.
Había hecho todo, habló con su familia, con tios, primos y otros conocidos. Incluso fue a llorarle a la abuela de Han cuándo era consciente de que esa mujer lo odiaba, no sabe porqué pero siempre se lo hizo saber.
También habló con vecinos que tenían, con gente de los negocios y no habia nada, la policia no quiso mostrarle nada sin una orden asique no era opción.
De pronto un ruido en la ventana lo hizo salir de sus pensamientos. Suspiró mirando y dándose cuenta que era Bangchan.
—Abre. —Demandó. Minho lo hizo sin decir nada, Chan lo hizo bajar del auto y lo miró. —¡Dios, Minho!
El mayor se encargo de limpiar su rostro, apartó cualquier rastro de lagrimas y suspiró.
—¿Mejor? —Susurró. Minho negó. —Supongo que esa mujer no quiso decir nada más. ¿Cierto?
—No, ella me odia. —Respondió tembloroso. Era la segunda vez que Minho visitaba a la abuela de Han pero, fue lo mismo que antes. —Creo que es tiempo de dejarlo ir.
—¿Seguro? —Pero Minho negó. —Entonces seguiremos buscando, Min. Te lo dije antes, no estás solo en esta busqueda y no debes angustiarte solo.
—Ya no se dónde buscar, Chan.
—No importa. Revisaremos todo otra vez y veremos que hacer. Vamos a casa, Lix quiere verte.
Minho asintio y le dio la llave de su auto al mayor, no se sentia en condiciones de manejar, sentia que en cualquier momento se derrumbaria otra vez.
●Dos años despues●
Minho se rió de Seungmin intentando colgar unas tontas guirnaldas en la pared mientras del otro lado estaba Chan inflando globos. El cumpleaños del pequeño Lix era en pocas horas y los tres aún no terminaban.