21 | "𝑖𝑚𝑏𝑒𝑐𝑖𝑙 𝑏𝑜𝑟𝑟𝑎𝑐ℎ𝑜" (2/2)

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-¡ES TOM KAULITZ!-

¿Es una puta broma? díganme que si porfavor.

Me moví entre la multitud empujando mucha gente a mi paso, en este momento no me importaba.

Me acerque al cúmulo de gente, y justo en el centro estaba el, con una sonrisa de bobo y su estúpida cara de bebé, dios santo.

Me acerque furiosa ¿que hace aquí? ¿es tonto o se hace?

Lo tome de la mano y lo saque de ahí dando patadas y empujones, nadie te salva de esta Tom Kaulitz, nadie.

La gente nos miraba pero nuevamente, me importaba un carajo.

Apenas salimos le di un empujón que lo mando al suelo, realmente no tengo tanta fuerza como para derribarlo pero se notaba a kilómetros que estaba borrachisimo.

- ¿Qué crees que haces aqui Tom? - me cruze de brazos frente a él.

- ¿Ann?

- Quién más, tonto.

- ¿Eres real? - se paro de apoco y toco mi cara, bien, este esta borracho y lo que le sigue.

- Dios santo Tom, dame tus llaves. - las saco del bolsillo y me las dio sin rechistar, ahora me siento mal por haberlo empujado.

Lo agarre como pude para que no volviera a caerse y lo lleve al auto, se subió en el asiento de copiloto y ahí lo deje con seguro por mientras, necesitaba arreglar un par de cositas.

Me devolvi al bar para recoger mis cosas y todo el mundo se quedo mirándome y murmurando, no se que me esperaba. Solo ruego que no se arme un gran escándalo por esto...

Llegue y Castiel no estaba, era de esperarse, lamentablemente mi bolso tampoco, carajo.

- ¿Sabe donde esta el chico de pelo rojo que estaba aquí?

- El señor Veilmont tuvo que irse, aquí está su bolso. - señor Veilmont... lindo apellido.

Le agradecí y tome mi bolso, luego me disculparia con Castiel, ahora tengo que lidiar con el borrachito, dios mio.

Salí nuevamente del bar tratando de evitar las miradas de la gente, cosa que se me hacia imposible ya que literalmente todo el mundo me miraba. Estoy rezando porque no se arme un escándalo, si David se entera no me ira muy bien...

En la calle había muchísima gente alrededor del auto de Tom, gracias a dios tiene vidrios polarizados, pero de todas maneras asumo que lo vieron subir.

Me acerque lo más rápido posible al auto antes de abrirlo, para espantar un poco a la multitud, entre antes de darme cuenta que a mi costado estaba Tom, sin camisa... Ya que su camisa estaba toda vomitada tirada a en los asientos de atrás, que asco...

— No me siento bien... — dijo agarrándose la panza.

— Si, sabes, eso sucede cuando bebes tanto como para meterte en un coma etílico. — desvie la mirada al volante, no podía mirarlo, no si estaba así.

Rodó los ojos al oír mi respuesta — ¿Podemos irnos ya? todo me da vueltas... — parece un niño cuando está borracho, un niño con el abdomen muy bien trabajado, pero niño después de todo.

Parti el auto sin decir más, tampoco lo mire a él, primero; si lo veía probablemente me desmayaba, segundo; me da asco, tiene un olor a vomito y alcohol que te encargo.

Avance como pude evitando chocar a la gente aglomerada alrededor del auto.

Logre salir de ahí y acelere al máximo, no quiero que nos sigan, un rato después los despiste y baje la velocidad, soy una asistente, no el maldito toreto, dios mio.

Be mine ; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora