12 | "𝐴𝑑𝑖𝑐𝑡𝑎 𝑎𝑙 𝑐𝑎𝑓𝑒"

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Mi café matutino + no Victoria en la casa = mañana perfecta.
O almenos lo era hasta que recordé que era día de semana y debía trabajar ¿por qué yo?

Resignada me levante de mi cómodo sofá para comenzar a vestirme, esta vez no iré descuidada como siempre. Ya vestida y de mejor humor salí de mi casa y me dirigí al trabajo, estaba jodidamente emocionada por ver a Tom nuevamente, no lo he visto desde el parque de diversiones, cosa que fue hace 3 días... ¿pero a quien le importa? ahora somos amigos y estoy emocionada por verlo ¿tiene algo de malo? probablemente me estoy emocionando de más.

Al llegar al trabajo esperaba ver la cara, de ahora cierto chico con trenzas esperándome en la puerta, como acostumbra a hacer, pero no, no estaba, de hecho no me se porque me sorprende tanto, como ya les dije hace 3 días que no lo veo, no ha venido al estudio, tenia la esperanza de que hoy estuviera aquí, lastima, será para la próxima.

Entre al cuarto donde ensayaban los chicos y nuevamente, sin rastro del chico de trenzas ¿donde se ha metido todos estos días?

—Bill?— me acerque donde estaba sentado el mencionado.

—¿Si Ann?

—Ehh... ¿sabes algo sobre Tom?— me sonroje un poco, me daba vergüenza preguntar sobre el.

—¿Interesada por mi hermanito?— me levanto una ceja, no respondi y mire al suelo. —Eres adorable.— soltó una risita. —Tom ha estado ocupado estos días, lo más probable es que llegue hoy más tarde.— me sonrió, asentí y fui a sentarme, no iba a indagar más, quería hacerlo, pero no lo haría, no me corresponde.

Y asi fue, luego de unas horas llegó Tom bastante risueño si puedo agregar.

—¿Y tú por que tan alegre?— le dijo Georg.

— Sabes Georg, no todos tienen una vida de mierda como tú. — auch.

— Que insensible. — esta vez Gustav hablo.

— Nadie arruinará mi humor hoy, nadie!— se sentó en el sofá con una sonrisa enorme.

Me pregunto que le sucederá para estar tan feliz, esta vez no me quedaré con la duda, le preguntare, pero una vez estemos solos.

Luego de unos minutos la habitación se fue vaciando, Bill salió a responder una llamada (otro tema que me gustaría usmear más tarde) Gustav salio con su hermosa novia, y Georg desapareció de la faz de la tierra. Tom aún seguía ahí sentado mirando su celular mientras sonreía. Ahora me sentia más en confianza por lo que me acerque a él.

—¿Por qué tan risueño? a mi no me mandas a paseo como a Georg eh.— lo apunte con mi dedo índice, el solamente soltó una adorable risita.

—Nunca lo haría Ann.

—Ajá, ya dime que te sucede.— empeze a darle golpecitos en el hombro.

—Es solo...

—¿Es solo?

—Solo estoy feliz y ya.

—¿Y la mala mentirosa soy yo?

—Claro que lo eres.— se levanto y se fue riendo, me dejó con mucha más curiosidad que antes.

Tom.

¿Como podría decirle que la razón de mi felicidad es cierta castaña con la que he congeniado mucho últimamente? jamás podría decirle que ella es la razón de mi sonrisa.

Sinceramente no sé lo que es, no sé qué es lo que me atrae de ella pero no puedo alejarme, estar con ella me provoca tanta felicidad que siento que me va a explotar el pecho ¿estoy sonando un poco ridículo, no?

Be mine ; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora