Ann.
Luego de la inquietante confesión de Castiel mi cerebro decidió dejar de funcionar, esto estaba siendo demasiado para mi sistema y finalmente me sobrecarge.
Es decir, no me gusta Castiel... No me gusta Tom... No me gusta nadie! ¿por qué Castiel tenía que decirme eso? ¿no podía simplemente quedarse en silencio?...
Ugh, quizá un golpe de realidad me haga bien.
Luego de comer el pastel que trajo Tom y hacer un par de bromas al respecto ya que todos sabían a donde fue por este, la gente comenzó a irse, el primero fue Nathaniel, excusándose en que su hermana tuvo una especie de recaída y estaba en el hospital... Bastante preocupante, marcela se fue con el ya que al parecer era bastante amiga de la hermana de este. Gustav y Georg subieron a sus cuartos ya que estaban bastante agotados, finalmente Tom se levanto y decidió llevar a Bill a su cuarto.
-Tendré que llevarlo a dormir, vuelvo enseguida.- le lanzó una mirada de odio a Castiel y finalmente subió.
Quedábamos solo tres, Lysandro, Castiel y su servidora. Para serles sincera estoy muriendo de sueño, y no soy muy buena ocultandolo.
-Te veo bastante cansada Ann, creo que ya nos iremos.- dijo Lysandro con una tranquilizadora sonrisa mientras se ponía de pie.
-¿Quieres que te llevemos?- soltó Castiel mientras se levantaba de su sitio.
-No será necesario, eso puedo hacerlo yo.- Sentí la inminente presencia de cierto chico de trenzas detrás mía.
-Como quieran.- dijo Lysandro y finalmente saco a Castiel casi a empujones, ya que este estaba teniendo una pelea de miradas horrible con Tom.
Solté el gran suspiro que tenia guardado gracias al tenso ambiente, una vez Castiel se fue este se disipó ¿que tanto se traen esos dos?... Al pensar en eso no pude evitar imaginarlos casi besándose, fue tan gracioso verle el rostro a Tom, pff.
Tome asiento en el sofá, estaba prácticamente durmiendome cuando sentí como se hundía a mi lado, olvide que no estoy en mi casa, jaja.
-¿Estas muy cansada? ¿Quieres que te vaya a dejar?- solté un gran bostezo. -Eso responde mi pregunta- estiro su cabeza hacia atrás mientras abría más las piernas, poniéndose en una posición más cómoda.
Al hacer esto me dejo una amplia vista de su cuello, dios ¿como puede volverme tan loca ver su puta manzana de adán? no es la cosa más excitante del mundo pero por alguna razón me encanta.
-Ann ¿no quieres quedarte aquí?- pregunto lentamente, parecía avergonzarlo.
Lo pense unos segundos antes de responder, evidentemente no me quedaria ya que debo ir con Victoria, pero por otro lado... podría ser divertido ver que dice. -Oh, pues ¿donde dormiría?
Carraspeo la garganta y solto una sonrisita antes de responder. - Mein Zimmer.- exclamó con voz profunda, una voz profunda que me dejo con escalofríos. Carajo... eso es alemán. CARAJO, SE QUE LO QUE SIGNIFICA
¿Qué?
Tom
Tom Kaulitz
Tom Kaulitz acaba de ofrecerme su habitación para dormir.
¿Qué?
-Ah, haha, muy gracioso.- dije tratando de sonar sarcástica como siempre, pero sone más nerviosa que nada.
-¿Qué? ¿quién dijo que trataba de ser gracioso?- en un movimiento brusco se levanto de su posición acomodando una mano en el respaldo del sofá y la otra en el otro extremo, dejándome acorralada de un momento a otro. Mis nervios de tensaron en un instante, mi respiración de entrecorto, y probablemente me puse roja como tomate. Debo alejarme de él, AHORA.
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Be mine ; Tom Kaulitz
FanfictionUna simple asistente y el famosisimo Tom Kaulitz, algo entre estos dos jamás podría pasar ¿verdad? Teniendo en cuenta que Tom adora romper reglas y Ann haría hasta lo imposible por complacer a su jefe... tan imposible no es.