Nuestro destino [COMPLETA]

CAPÍTULO 13

Después de estar una hora pensado que haría decidí esperar, por una vez en mi vida voy a esperar.

Pero obviamente no me quedaría de brazos cruzados esperando a mamá. Por eso decidí ponerme a hacer algo mientras, ojo, no irme a la playa, ni dar un paseo... tampoco ir a algún sitio a comer, si no quedarme en el apartamento a estudiar las hojas de estudio de las asignaturas básicas que han enviado los profesores de la universidad y, valla rollazo, solo hay literatura, ecuaciones a practicar e historia mundial, no me apetece nada, si lo enumerara del uno al diez, un cero, pero no tengo otro remedio, cuando las puertas de la universidad vuelvan a estar abiertas, nos pedirán las tareas como nota de examen de semestre y si no las tengo, pues, cero de final.

Echándole un ojo a la literatura es bastante fácil de comprender, siempre se me han dado bien las letras en cambio, los números no tanto, por eso viendo las ecuaciones, me parecen que está en chino, no entiendo nada de nada. Me frustra mucho cuando no entiendo algo de matemáticas porque siempre acabo suspendiendo por eso siempre me acabo diciendo a mí misma <<venga Ava has un esfuerzo por entenderlo un poco, al menos para llegar al aprobado >>, he llegado un punto en el que en matemáticas me conformo con aprobar con un suficiente.

Tocan la puerta, tres toques por tres exactamente. dejo el ordenador a un lado de la mesa y abro. Pero antes de hacerlo miro por la mirilla, no quiero más sorpresas. Es un hombre, de hecho, creo que es el mismo hombre del hospital.

- ¿quién eres?, ¿qué quieres? -. Pregunto a través de la puerta sin abrirla aún.

- Sigue tus orígenes y llegarás al final de tu problema-. Repite.

Me tiene harta, sabía que era un espía, qué coño quiere. Abro la puerta bruscamente mientras digo: - ¿¡qué!?-.

Enseguida noto que el tiempo se detiene, todo el ruido desaparece, veo movimientos lentos, el hombre acerca su puño hacia mi cara poniendo cara de orgullo. Si supiera quién soy, no estaría atacándome.

Levanto mi pierna y la estiro de forma tan rápida que no le da tiempo a golpearme, le doy una patada superior en la cara, sorprendentemente me esquiva la pierna y me empuja al suelo tirándome de ella. Con mi codo me defiendo hacia su cuello, contraataca golpeándome la cabeza con la puerta, dándome tumbos la cabeza doy unos pasos hacia atrás y con las manos le animo a que venga a por mí. Frunce el ceño, aprieta los labios y vuelve hacia mí. Ahora me centro por completo, es hora de hacerlo como sé. Antes de que le dé tiempo a tocarme ya me he apartado hacia un lado con mínimo esfuerzo dejándolo caer sobre el sofá. Se levanta hecho una furia y mientras se levanta dice: - valla. Con qué esas tenemos Ava-. Sabe mi nombre, eso me cabrea aún más. Va a sacar algo del bolsillo de su gran chaqueta negra, pero me adelanto nuevamente, tiro el suéter a un lado, y el hombre tiene el cuchillo en su mano, se acerca para clavarlo, lo esquivo inclinando toda mi espalda hacia atrás, sosteniéndome con los pies, me recupero y puñetazo en la cara mientras protejo mi parte superior con el brazo inclinad el codo.

Enseguida hago un puñetazo recto hacia su cara, empujándolo hacia atrás, me devuelve el golpe, pero lo esquivo a tiempo, en posición de pelea, hago una voltereta doble en el aire dándole dos patadas seguidas en la cara, en este momento se me descase el moño, me quedo con el pelo suelto sobre mis ojos, de un soplido me lo aparto, le doy otra patada más, que no falten golpes. Está reventado desequilibrado se apoya en la puerta con una mano y coje aire. De un momento a otro, de un salto me subo a la mesa y me impulso en ella con mi puño alzado hasta que impacta en su cara, aterrizo de pie en el suelo, finalmente se derrumba del todo y cae en el suelo, su cara sangra.

Sé que no está bien hacerlo, pero me sienta genial, me siento viva, poderosa y sin límites a hacer lo que quiera. En este instante me doy cuenta de que he sido muy dura con Justin, la cagó con Connor, pero, ahora lo entiendo, necesitaba esa energía. Lo hizo mal con Connor, pero a mí me pasa lo mismo. Ambos necesitamos pelear, lo llevamos en la sangre.