Miro fijamente la puerta de la sala de operaciones, esperando que salga algún médico ya a darme algún tipo de noticia, estoy impaciente y muy preocupada.
Cuando llegamos al hospital lo llevaron inmediatamente a la sala de operaciones, tenían que operarlo urgentemente. Y ya llevan media hora, sé que lleva su tiempo ese tipo de operaciones pero, es Justin quien está ahí, es la persona que amo con toda mi vida y no sé que haría se le pasa algo, o no lo vuelvo a ver.
Mientras, mamá, Jessica y Harrison están con los policías allí todavía, por los dos cuerpos, el de Samuel y Scarlette, me dijeron que ellos se encargaban de eso y que yo me fuera junto con Justin en la ambulancia.
- Señorita Ava-. Me llama una de las enfermeras que acaba de salir de la sala de operaciones, - si soy yo-, contesto mientras me levanto y camino hacia ella.
- La operación se ha complicado bastante, tenía un pulmón perforado y el corazón con la bala dentro. Ahora le hemos podido sacar la bala pero, el pulmón ha quedado dañado, le está dificultando la respiración, por eso le hemos entubado, puede dormir en la sala, pero no podrá hablar ni gesticular ningún movimiento-. Dice la doctora seria, mientras yo salto lágrimas sin parar, me coloco las manos sobre la cabeza angustiada y le pregunto con voz tomada, - Doctora, séame sincera por favor, ¿tiene posibilidades de salir de esta?-. La doctora suspira, mira su cuaderno y vuelve a suspirar, espero que no diga lo que estoy pensando.
- Pues si hacemos una escala del uno al cien... tiene un cincuenta por ciento de salir con vida y otro cincuenta por ciento de que no, todo queda a manos de lo que quiera el destino-. Dice apretando los labios, con lástima y se va.
Me acerco a la puerta y la abro lentamente. Justin está tumbado con un tubo metido por la boca y otros montón de cosas inyectadas por las muñecas y sus ojos están cerrados. Me derrumbo enseguida, me tiro a la pared, apoyando mi espalda y lloro a barbaridades, no puedo verlo así, es como si sintiera que nunca más le podré decir cuánto le quiero, cuanto hubiera ido para que me hubiese disparado a mí y no a él, cuánto me gustaría tener este hijo con él y que me acompañe en cada paso de mi vida. Decirle cuánto lo necesito.
Ya son las tres de la madrugada, no puedo mantener los ojos abiertos, así que decido dormir. Me acuesto en el sofá de enfrente e intento dormir, aunque me resulta complicado porque de repente escucho las enfermeras de aquí para allá por los pasillos.
Resulta que una enfermera entra y se dirige a Justin, entran mas del tirón detrás de ella y empieza uno de ellos a inyectarle algo a Justin.
- Qué hacen ahora...-, les pregunto mientras me acerco.
- Señorita por favor no intervenga-. Duce uno de los enfermeros, me altera que me digan eso, estoy con él y quiero saber qué le van a hacer.
- No señor, discúlpeme, pero no me diga que debo o no debo hacer, está conmigo y quiero saber qué le van a ser, solo dígame-, empiezo a subir la voz pero, no demasiado.
- Solo le cambiaremos unas inyecciones por otras, nada más-. Dice el señor apartándome con una mano.
Tras unos diez minutos, los enfermeros se van, pero dándole vueltas al asunto, estoy segura de que no eran unas simples inyecciones por otras, no soy estúpida sé que no era solo eso, le pusieron algo más que no me dicen. Mi tío es enfermero, he ido mil veces a visitarle y sé como pone inyecciones, y una de las normas básicas es que una vez puestas, no se cambian por otras, hasta que se quiten por completo. Me han engañado en toda la cara.
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Nuestro destino [COMPLETA]
Romance[COMPLETADA] Ava vive en Chicago con su madre pero decidió irse a California a estudiar. Todo es aparentemente normal, al menos hasta el día que todo tomó un inesperado giro, apareció un chico, Justin, lleno de secretos. Dando estos un vuelco en la...