CAPÍTULO 15

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Mi cuerpo se tambalea, escucho muchas voces de fondo, no puedo alcanzar a escuchar lo que dicen, me duele la cabeza. Estoy tirada en el suelo, con las manos amarradas a la espalda, entro en pánico. A mi alrededor hay ventanillas y gente sentada, hay un hombre al volante, estoy en una camioneta. Entro en desesperación no sé que hacer, así que actúo de la única manera que sé, gritando como una lunática.

- ¡ Dónde coño estoy !, ¡ quién sois! -, grito desesperada mientras me intento sentar, -¡soltadme!-,Digo, <<como si me fueran a soltar>>.

Una mujer sentada frente a mi gruñe entre dientes y me golpea en la cara, haciéndome sangrar la nariz, luego me vuelve a golpear, esta vez más fuerte, pero en el labio, que sangra también. Se acerca para darme otro golpe pero un chico de al lado la para, no le veo la cara, la tiene tapada con una máscara de tela negra al igual que los otros chicos del coche, excepto el conductor.

El trayecto sigue, mediante pasan los minutos tengo cada vez más claro que ha sido Samuel obra de esto, mi padre. Aún duele admitirlo, odio la idea de que alguien así sea mi padre, tal vez por eso se me da tan bien pelear, lo saqué de sus genes, y seguramente mamá me haya enseñado también para defenderme de él si en algún momento de mi vida me hacía falta.

- Vamos estúpida-. Me dice la misma mujer que me golpeó. Me levanta por el brazo y le dice al chico de antes, el que detuvo que me siguiera pegando, - Llévasela, iré a por ella-. Seguro me llevan con él. Me retumba aun más la cabeza, me tiembla el cuerpo, voy a ver a mi padre, a mí puñetero padre asesino.

El chico me lleva cogida del brazo hacia el interior del edificio, parecemos estar en un barrio, un sitio perfecto para que no le pillen. Mientras, el resto que estaban en la camioneta salen de ella y entran también al edificio detrás de nosotros.

- Quédate aquí ahora vuelvo-. Me deja dentro de un cuarto diminuto, encerrada y se va. Su voz me resulta familiar, sus manos también me resultaban familiares, en si él, me resulta familiar.

Bajo el rabillo de abajo de la puerta veo una sombra, abren la puerta, es él, de nuevo me come del brazo y seguimos caminando, este pasillo es infinito. Pero nos es eso lo que me preocupa sino que me quede secuestrada por el resto de mi vida o que me maten.

Bajamos unas escaleras y llegamos a un garaje vacío, no hay coches, ni muebles ni nada de nada solo. La misma gente de la camioneta, pero no están solos, hay un hombre sentado en medio de ellos, en una silla de madera antigua, de piernas cruzadas y brazos cruzados, tiene cara de desafiante, y de que parece ser el que manda, así que ya me imagino quién es, mi padre.

El chico que me agarra me deja a un metro del hombre sentado y se pone junto con los demás. Así quietos parecen de telenovela, yo siempre con mi mente tan fantasiosa.

- Valla, estás hecha una mierda-. Dice el hombre sentado mientras me escanea la cara con la mirada y continúa, - por favor que alguien le limpie la cara, está chorreando de sangre, me lo va a manchar todo-. Una de las chicas se acerca con un pañuelo que saca de su bolsillo y me lo pega a la cara con suavidad, limpiándome. Muchos de ellos se notan que no quieren estar aquí e incluso que están sufriendo, como el chico que me llevaba antes, en cambio, hay otros que parecen que llevan en la sangre la violencia.

La chica vuelve a su puesto y el hombre, todavía no estoy segura de que sea Samuel, continúa diciendo, - ¿ y tu madre?, ¿ sigue en mi cuarto encerrada?-. Me quedo boquiabierta, también han secuestrado a mamá.

- Déjala en paz-. gruño entre dientes serrando los puños, el hombre abre mucho los ojos enseguida y dice boquiabierto, - guau, tienes rabia eh, tienes en la sangre la misma afición de pelear que yo, soy tu padre Ava y se nota, no lo puedes negar-. Está confirmado que es Samuel, odio que pronuncie mi nombre y lo dirija como a su propiedad.

Nuestro destino [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora