Estoy en un metro de camino al hospital para ver a Connor, queda a media hora. El metro está lleno de gente sentada y de pie, casi ni se puede caminar. Me agarro a la barras del techo, mi equilibrio es pésimo, no me sostengo de pie. Estas últimas noches no he conseguido pegar ojo no he hecho más que llorar sobre la almohada, me levanto con los ojos hinchados y dolor de cabeza, luego salgo a correr mientras pienso en todo lo sucedido, pienso tanto que incluso ayer corrí durante media hora sin parar, tenía la cabeza tan perdida que ni me di cuenta de lo cansada que estaba, a causa de eso ahora tengo pinchazos en las piernas cada vez que subo escaleras. luego de que ayer volviera a casa, me llegó nuevo aviso sobre la universidad, va a estar cerrada un mes entero.
Toda la semana Jessica y Harrison se han quedado a dormir en el hospital para acompañar a Connor, la verdad que son muy buenos amigos, se nota que son ese tipo de personas a las que les puedes confiar tu vida entera sin esperar nada a cambio. Ya me tocaba a mi visitarlo, les llamé hace dos días, pero no más, la verdad que he estado muy ausente, he alargado mucho el momento, pero es que temo que me pregunten por Justin, no sería capaz de responder. No sé nada de él, si se fue de la ciudad o directamente de EEUU.
Salgo del metro. Subo las escaleras y llego a la calle. El hospital está justo delante, doy un par de pasos y ya estoy dentro del patio exterior. Al fondo, hay una gran puerta de cristal, paso por ella y sigo caminando por los pasillos del hospital. Está lleno de gente ya no entras ni un alma.
No tengo ni idea de dónde están los cuartos de los pacientes, en este caso, el cuarto de Connor. Así que busco a algún doctor.
- Buenas que necesita, ¿viene a ver a alguien?-. me pregunta el doctor de recepción.
-Si, busco a Connor White-. el hombre teclea un poco y dice con una pequeña sonrisa, - en la 89D, - en cuento las palabras salen de su boca pongo cara de póker, como si supiera donde está la 89D, el hombre lo nota y me señala a mi izquierda hacia el fondo del pasillo dándome las siguientes indicaciones, - siga hasta el fondo del pasillo, en el ascensor pulse el piso tres y a partir de ahí continúe por la derecha y encontrará la habitación-.
Le digo las gracias y empiezo a caminar hacia el ascensor. Pulso el botón y espero. Aunque, creo que tendré que subir por las escaleras, ya les he cedido el paso a varios con silla de ruedas, y el ascensor muy grande no es. Me doy la vuelta y justo al lado están las escaleras. Subo y solo me muerdo los labios, que agujetas tengo.
Llego al piso tres, veo la habitación, como no al fondo también. llego, toco la puerta y abren.
- Hola Ava, pensábamos que nunca vendrías-. Dice Harrison con tono triste. No me gusta que me digan eso, porque tiene toda la razón, esta semana me he olvidado de ellos cuando fueron los primeros en ayudarme en todo. He sido muy mala amiga, no se lo merecen.
Entro mientras Harry cierra la puerta detrás de mí. En frente, veo a Jessica que está sentada al lado de la camilla, tiene la misma cara de triste que Harrison. Junto a ella está Connor, acostado en loa camilla co pequeños tubos inyectados en sus muñecas, el cuello sujeto por un montón de almohadas y una venda que le cubre toda la crac excepto, los ojos, nariz y boca.
- Hola Connor-. Le digo, pero no mueve ni un músculo, está totalmente inmovilizado. Miro a Jessica interrogativa, no me dirige la mirada, solo mira a Connor y dice con voz tomada, - no puede hablar, tiene la mandíbula rota, los dientes y ojos dañados y varios problemas neurológicos-. No me esperaba que estuviera tan grave ni que tuviera daños internos. Parece que cada golpe fue muy preciso, aunque pareciera que eran unos simples puñetazos, tenían precisión no solo para dañarle exteriormente sino también, interiormente.
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Nuestro destino [COMPLETA]
Roman d'amour[COMPLETADA] Ava vive en Chicago con su madre pero decidió irse a California a estudiar. Todo es aparentemente normal, al menos hasta el día que todo tomó un inesperado giro, apareció un chico, Justin, lleno de secretos. Dando estos un vuelco en la...