¡Una esposa de mentira!

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El sol se filtra por las cortinas entreabiertas, iluminando el desorden de mi cama donde estoy desparramada, aún en la dulce oscuridad de los sueños. Mis labios están ligeramente abiertos, dejando escapar un suave ronquido, y mi cabello está revuelto en todas direcciones como si tuviera su propia fiesta nocturna.

De repente, soy arrancada de mi placentero sueño por el estridente sonido de mi teléfono. Con un gemido, me revuelvo entre las sábanas, buscando frenéticamente el origen del ruido molesto. Finalmente, mis dedos encuentran el teléfono y, con un movimiento torpe, deslizo la pantalla para ver el mensaje de texto entrante.

Es de Ethan.

— ¿Ethan? ¿Qué quiere este hombre ahora?— murmuro para mí misma, frotándome los ojos y tratando de enfocar la pantalla borrosa.

El mensaje dice algo sobre un evento ejecutivo y la palabra "fianceé".

— ¿Fianceé? ¿Qué demonios...?— murmuro, con el ceño fruncido, mientras mi cerebro procesa la información recién llegada.

Antes de que pueda comprender completamente lo que está pasando, la puerta de mi habitación se abre y Ethan entra, con emoción en los ojos.

— ¡Buenos días, Valentina!— exclama enérgicamente.

Mis mejillas arden de vergüenza al darme cuenta del estado en que estoy, con mi cabello despeinado (y posiblemente babeando un poco sobre la almohada). Trato de cubrirme con las sábanas, pero es demasiado tarde.

— ¡Que te he dicho de la privacidad!— gruño, sintiendo cómo el rubor se extiende por mi rostro.

Ethan parece ignorar mi reacción y se sienta al borde de la cama, ansioso por contarme su idea.

— Valentina, hoy vamos a hacer algo diferente. Me gustaría que me acompañaras a un evento ejecutivo como... mi "prometida"— dice, con tranquilidad.

— Ethan, por favor, dime que estás bromeando— digo, con un nudo de nervios en el estómago.

Él me mira con una expresión tranquila, ajeno a mi nerviosismo.

— Valentina, no se trata de eso. Necesito una pareja para este evento para dar una buena impresión a los nuevos socios. Es una oportunidad importante para mi empresa— explica, con una mirada que me hace dudar por un momento.

Respiro hondo, tratando de calmar mis nervios mientras proceso la situación. No puedo negar que la idea es tentadora, pero también es increíblemente vergonzosa.

— Pero... ¿por qué yo? Quiero decir, ¿no tienes a alguien más adecuado para este papel?—pregunto, confundida.

Él suspira y me mira fijamente, como si estuviera a punto de revelar un secreto.

— Porque confío en ti, Valentina. Y sé que puedes manejarte en situaciones complicadas como esta— dice, con una sonrisa. — Además, te lo compensaré de la forma que desees.

Me muerdo el labio, indecisa. Por un lado, no puedo negar que la idea de ser su pareja en un evento suena emocionante y divertido, pero por otro lado, me preocupa la reacción de los demás.

— No sé, Ethan. Esto es... inesperado— murmuro, tratando de ocultar mi incertidumbre.

Ethan me mira con ojos suplicantes, como si estuviera esperando que acepte su propuesta. Por un momento, me siento tentada a rechazarlo definitivamente, pero algo en su expresión me hace reconsiderar. Finalmente, con un suspiro resignado, asiento.

— Está bien, Ethan. Pero esto no significa nada más que una cooperación profesional, ¿de acuerdo?— digo, tratando de mantener un tono firme.

Después de algunos momentos de duda, me encuentro siguiendo a Ethan hacia una tienda de alta moda en el centro de la ciudad. El aire acondicionado del lugar me golpea cuando entramos, y mis ojos se abren ante la elegancia y el lujo que me rodea. Ethan parece en su elemento, admirando los trajes perfectamente alineados y los vestidos de diseñador.

Limpia, acelera y... ¡Corre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora